Empresas emblemáticas como Apple y Microsoft prefieren los paraísos fiscales a la civilización continental.
Resulta sorprendente que compañías como Apple, Microsoft o Citigroup, cuya prosperidad depende tanto de instituciones como infraestructuras muy sofisticadas, estén siendo investigados como evasores tributarios. Pero eso es lo que muestra la última tabla de evasores difundida por la ONG Citizen for Tax Justice (ver cuadro). Entre las tres, habrían dejado de pagar, durante 2014, US$92.815 millones en impuestos en EE.UU., al no declarar en su país ingresos de US$294.500 millones en el exterior. Según la entidad, “empresas de las American Fortune 500 evitan pagar hasta US$600.000 millones en impuestos federales a la renta”, al dejar off-shore US$2,1 billones (millones de millones).
La acusación es discutible. El código tributario estadounidense obliga a personas y empresas a pagar impuestos por todos sus ingresos en el extranjero, aunque ya hayan pagado por ellos de acuerdo con los sistemas tributarios de cada país. Así, los ingresos en el extranjero están sometidos a doble tributación, incluso si esos ingresos nunca entran a Estados Unidos.
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