África se ha vuelto un pujante mercado de commodities para los países BRIC. Pero la región quiere ser más que eso.
Aprovechando que este mes los ojos del mundo están puestos sobre Sudáfrica y su mundial, ese continente quiere aprovechar la oportunidad para mostrar los avances que ha logrado en la atracción de inversiones extranjeras. En los últimos años el PIB de África ha crecido entre 5,5% y 6%, la región ha aumentado su comercio internacional y ahora apuesta a ganarse la confianza de los inversionistas.
Entre los más interesados en invertir en África han estado los grandes países emergentes, en especial los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Pese a que Brasil es el país culturalmente más cercano a África, se queda atrás en el volumen de inversión extranjera. Entre 2003 y 2009, Brasil desarrolló 25 proyectos de inversión en ese continente, frente a 86 de China y 130 de India, según un estudio de Stándar Bank. Al medir los montos de inversión, el claro líder es China, que se ha enfocado principalmente en las materias primas.
Lo que motiva las fuertes inversiones chinas en África es lo mismo que lleva a ese país a invertir en América Latina: asegurarse el suministro de commodities para alimentar su voraz crecimiento. “Mientras las compañías brasileñas invierten para fortalecerse como empresas, el foco de los chinos es mucho más estratégico”, dice Otto Nogami, profesor del Instituto Nacional de Pós-Graduação (INPG) de Brasil.
“China está invirtiendo de manera masiva y agresiva en África, porque saben que su progreso depende del petróleo, del mineral de hierro, del carbón y materias primas que existen ahí”, dice Alcides Leite, de la escuela de negocios Trevisan de São Paulo. Así, la empresa minera china Zhonghua Mining Group firmó un acuerdo con el gobierno de Zambia para invertir US$ 3,6 millones en la exploración de cobre de ese país. Y la petrolera china Sinopec adquirió por US$ 7.200 millones Addax Petroleum, firma que tiene operaciones de crudo en Gabón, Nigeria y Camerún.
En el caso de Brasil, empresas como Vale o Petrobras también tienen negocios en la región, mientras que sus compatriotas como Camargo Corrêa y Odebrecht están presentes en proyectos de infraestructura en África. Vale, por ejemplo, está desarrollando el proyecto de carbón Moatize, en Mozambique, que significará una inversión de US$ 1.300 millones y que estará listo en 2011. La minera brasileña también anunció hace poco que desembolsará US$ 2.500 millones para comprar 51% de BSG Resources, una empresa de recursos naturales con sede en Londres y Johannesburgo que tiene concesiones de mineral de hierro en Guinea.
Muchas analistas concuerdan que la tendencia de las empresas brasileñas es a elevar su participación en África. “África aún es muy pobre, el poder de consumo aún es muy bajo. Pero tiene un futuro que promete, justamente por su atraso en el desarrollo”, dice Leite.
Richard Gush, director ejecutivo de banca corporativa y de inversiones de Standard Bank en África, dice que, poco a poco, las empresas internacionales han cambiado su percepción sobre ese continente. Según el ejecutivo, hacia 2050 la región tendrá casi 2.000 millones de personas y de seguir un crecimiento como el actual podría volverse um mercado atractivo por su potencial interno, más que por sus recursos naturales. “Ahora África es vista como un mercado en el mediano y largo plazo”.