La oficina mexicana de la National Football League (NFL) quiere ampliar todavía más la popularidad del fútbol acorazado en el país.
Cualquiera que intente acercarse de manera inopinada al presidente de México puede vivir una experiencia que todos hemos visto en la televisión: sentir cómo es ser tacleado por un gigante de fútbol americano. No se trata de una metáfora, sino de un hecho literal: el Cuerpo de Guardias Presidenciales, los agentes de seguridad encargados de custodiar al primer mandatario, tiene equipo propio en aquel fútbol portacorazas. Se trata de los Centinelas, que juegan en el campeonato de la ONEFA (Organización Nacional Estudiantil de Fútbol Americano), donde el clásico se da entre el equipo de la UNAM contra el del Politécnico Nacional, aunque hace un tiempo han irrumpido los del Tecnológico de Monterrey.
Sucede que el fútbol americano tiene muchos fans al sur del río Bravo. De hecho, alrededor de 9.000 mexicanos asisten a los partidos oficiales de los Dallas Cowboys en la National Football League (NFL) de Estados Unidos: 2.500 provenientes de Monterrey y 6.500 más del resto del país viajan a Texas. También existe un grupo de 40 personas que cada quince días viaja a Atlanta a ver a los Halcones y, como ellos, otros más van a ver jugar a San Diego o San Francisco. México, incluso, ha logrado colocar un par de jugadores en la NFL estadounidense. Por todo lo anterior la NFL abrió desde hace dos años una oficina en el DF.
“En términos de volumen de negocios lo fuerte para la NFL es el mercado doméstico, pero los objetivos de crecimiento se enfocan a hacer crecer la base de aficionados, lo que eventualmente nos dará una base suficientemente grande para crecer el negocio”, explica Arturo Olivé, director general de la NFL México, quien detalla que ése es el objetivo a lograr en los próximos tres años, además de aumentar la base de patrocinadores. Pronto veremos a los héroes de la lucha libre haciendo de cheerleaders.