La mayoría de los brasileños no sienten que anden cortos de minutos en su día a día. Es más, si de satisfacción se trata, les sobran unos pocos para derrochar.
Si el “tiempo es dinero”, ¿cuánto cuesta una hora? En Brasil no demasiado: apenas US$22. Es lo que pagaría, en promedio, el 35% de los brasileños dispuestos a comprar un par de horas extra por día, si tal cosa fuera posible.
Ello se desprende de datos de la investigación Jogo do Tempo, llevada a cabo por Ibope Inteligência, en la cual se entrevistó a 2.000 personas. De ellas, 16 fueron seguidas, minuto a minuto, durante varios días.
El resultado posee un toque de sorpresa, ya que los brasileños no se unieron al coro de la mayoría de los habitantes de las urbes latinoamericanas y globales en la queja por vivir corriendo contra el tiempo.
Es más, el trabajo muestra que están dispuestos, incluso, a perder algunos minutos extra en actividades que les traigan satisfacción personal, aunque ellas no ofrezcan un retorno financiero evidente.
Para Silvia Cervellini, directora ejecutiva de la entidad, lo anterior es consistente: “el brasileño observa el tiempo como algo flexible. Reúne el tiempo natural de los indios y de los africanos, con el tiempo moderno, mecánico, de los europeos”. Una noción sincrética del tiempo con sabor local.
Continuando con este acercamiento diferente a la cronología de lo cotidiano, en una investigación distinta, centrada en las actitudes frente a “perder el tiempo” on line u off line, los brasileños también resultaron con características especiales: prefieren la experiencia “real” a la velocidad vía internet.
“Estamos dispuestos a gastar más tiempo en algo off line, siempre que eso no sea sólo una tarea mecánica, como ir al banco o hacer check in para un vuelo”, dice Cervellini, que no tiene problema en seguir gastando su propio tiempo para investigar cómo se gasta el tiempo de los demás.