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La apuesta de Corto Moltedo para expandir el lujo en Latinoamérica
Viernes, Diciembre 7, 2012 - 17:00

Emprender en el sector del lujo no es simple y Corto Moltedo sabe de ello. Hoy su principal objetivo es convertir a Latinoamérica en su plataforma para alcanzar el éxito en el universo de la moda a nivel mundial.

La vida de Gabriele Corto Moltedo transcurre en Italia, donde va de Venecia a Florencia y viceversa, escapándose, de vez en cuando, a París. No sólo para ver a sus padres, sino para mirar cómo van las cosas en la primera de sus boutiques, la que abrió en 2009, y que poco a poco le ha permitido convertir su apellido en una marca de lujo de nicho, centrada en carteras y accesorios. Pero Corto Moltedo tiene tradición familiar en esto de abrirse camino en un segmento especial: es hijo de Laura Moltedo, quien estuvo a cargo de la singular y admirada marca Bottega Veneta, luego que sus fundadores se retiraran.

Aunque Bottega Veneta fue comprada en 2001 por Gucci y tanto Corto Moltedo como su familia ya no están detrás de la marca, el diseñador rescata parte del espíritu de ésta al establecer un proceso de confección minucioso, particularmente en sus carteras. Cada una de éstas se fabrica por medio de un proceso que dura una semana y en el que no se dan puntadas sin su consentimiento.

Aunque la empresa es conocida por sus carteras y accesorios, sus productos van más allá. Ha realizado incursiones en aéreas conexas, como los anteojos de sol hechos en conjunto con Illesteva.

Celebridades como Madonna, la top model Karolina Kurkov y la actriz Tao Hong han sido testigos de la calidad y la originalidad de las confecciones de este diseñador. Ahora con una tienda en Milán y una boutique virtual, Corto Moltedo apuesta a lograr la primacía en el mundo de la moda con sus productos inspirados en su particular visión pop-luxe chic. Para lograrlo busca ser más reconocido entre los compradores del Cono Sur.

AméricaEconomía conversó en exclusiva con él en la presentación de su última colección en Bogotá, durante la inauguración de la sexta versión del International Footwear and Leather Show.

- Es la primera vez que lanza sus productos en América Latina. ¿Por qué escogió las pasarelas de Bogotá?

Me invitaron a la feria y la idea me gustó mucho. Siempre quise conocer Colombia, por la gente y por la riqueza de su cultura. Además, quería venir y mostrar mi trabajo, mis diseños en esta región. Creo que es una buena plataforma para la industria textil a nivel mundial.

- ¿Qué le parece el mercado en América Latina?

Cada día en Europa se está entendiendo cuán importante es América Latina. Se está reconociendo que hay una gran fuerza y un poder de mercado impresionante, y también una clase cultural que está desarrollando un diseño propio. Brasil y México lo han hecho muy bien, son un ejemplo de cómo generar identidades propias en el diseño.

- ¿Cómo ha sido la experiencia de crear una marca propia viniendo de una familia tan reconocida en el mundo de la moda?

La idea principal siempre fue continuar con el espíritu de la familia y la tradición. Mis padres establecieron altísimos niveles de calidad en su trabajo. De ahí que siempre fue un reto para mí actuar de forma independiente. Más allá de eso, creo que hoy Corto Moltedo representa un estilo de vida.

- ¿Por qué usted decidió emprender de forma independiente?

Un día mi mamá me dijo: o empiezas a trabajar con nosotros seriamente en la empresa o vas a estudiar. Decidí tomar la segunda opción. Sin embargo, ese mismo año mis padres vendieron la compañía. Cuando terminé de estudiar ya no tenía un trabajo fijo y pensé en continuar con lo que mis padres habían hecho, con la producción, con el diseño de gran nivel. Fue así como creé mi propia marca.

- Desde que se atrevió a dar los primeros pasos en solitario, ¿cuál ha sido la evolución del modelo de negocio de su empresa?

El modelo de mi compañía ha cambiado con el tiempo; antes me ocupaba más de la distribución. Tomaba una colección, hacía 15 o 20 piezas, las llevaba a un showroom, venían todos los compradores, pasaban las órdenes, y hacía el envío. Eso fue hasta 2007. No obstante, me di cuenta de que la compañía había crecido demasiado, estábamos vendiendo en muchas tiendas en el mundo, y con ello se perdían la identidad y la calidad de la organización, porque no puedes controlar todo en la manera que quisieras. Fue por eso que decidí junto a mi socio hacer algo más orgánico, es decir, no tener una distribución tan alta, y vender sólo en nuestras tiendas. Menos es más, ésa es mi filosofía.

- ¿Cuál es el sello personal de sus confecciones?

Para mí es muy importante el proceso creativo, todo lo que me inspira. Intento enlazar temas y colores con diferentes texturas. Por ejemplo, en la última colección que hice y que llamé Solitaria, quise dar cuenta de la Italia de los años 70 en términos visuales.
Desde el principio siempre he tenido claro a qué tipo de mujer apunta Corto Moltedo: a la mujer joven de mi generación. A partir de ahí mi búsqueda de materiales y colores por todo el mundo ha sido fundamental, trato de pensar siempre en mis clientas.

Trabajo muy de la mano de los pequeños productores para lograr utilizar distintos tipos de texturas que transmitan lo que quiero mostrar. Por ejemplo, si quiero un tipo de producto, voy al lugar en el que se produce y a partir de ahí trabajo.

- Actualmente como diseñador, ¿su meta es vestir a la mujer del día a día o quedarse con la exclusividad de las grandes celebridades? ¿A quién está dirigida su marca?

Yo pienso en la mujer común. Las celebridades son un gran márketing, una gran promoción, pero tú no trabajas para ellas, tú trabajas para los consumidores en general. Hacia allá apuntan mis creaciones.

Autores

Jenny González