Mientras pugna por ampliar su operación en Argentina, Pluna se expande en Brasil y anuncia su entrada en el mercado interno chileno en 2012.
Que una compañía aérea uruguaya ofrezca vuelos directos desde Montevideo a Belo Horizonte, Curitiba y Campinas habría sido considerado, hace 10 años, una locura. No lo parece hoy cuando el número de brasileños que viajan a Uruguay se ha casi triplicado: 376.894 en 2010, 140.905 hace 10 años, según el Ministerio de Turismo charrúa.
Aprovechar esa circunstancia es parte esencial del modelo de negocios que definió Pluna en 2007, cuando comenzó a ser gestionada por el Leadgate. “Unir destinos no convencionales con ciudades capitales a través de nuestro hub en Montevideo es parte fundamental de nuestra estrategia comercial”, dice Arturo Demalde, director de la aerolínea uruguaya.
Pluna cuenta con 13 aviones Bombardier de 90 plazas, lo que permite llegar a destinos que resultan inviables con aviones más grandes. El otro elemento es el control de costos, lo que le permite ofrecer tarifas muy tentadoras. “Esto nos coloca en una muy buena posición, aun frente a líneas aéreas regionales de mayor porte, como LAN, TAM, GOL o Aerolíneas Argentinas; que operan algunos trayectos similares a los nuestros”, explica Demalde.
Sin embargo, para Daniel Regueira, piloto y periodista especializado en el tema aerocomercial, la apertura exitosa hacia Brasil “es sólo una pata del negocio”. La otra, fundamental, es el mercado argentino. Con sus 40 millones de habitantes representa la tercera parte del negocio de la compañía. Pero “mientras el Estado argentino siga protegiendo a Aerolíneas Argentinas y no permita que Pluna agregue nuevos destinos, sus posibilidades de crecimiento son bastante limitadas”, asegura Regueira. Es tan simple como decir que la compañía uruguaya, que está pidiendo rutas no operadas por otras empresas en el territorio de su vecino, se pierde de ganar unos US$ 50 millones anuales por la negativa de Buenos Aires.
uego está la posición financiera de la compañía. Si bien la deuda ha crecido en estos años, sus ventas lo hicieron a un ritmo mayor. Como pruebas de que por ahora la gestión financiera de Pluna tiene respaldo, el equipo directivo destaca su buen acceso a créditos internacionales y la inversión de US$ 15 millones que hizo en la empresa la aerolínea canadiense Jazz.
Lejos de amedrentarse por los balances que de momento muestran números rojos, Pluna planea ampliar a Chile su estrategia de destinos no convencionales. “Estamos trabajando para iniciar, en el primer trimestre de 2012, vuelos domésticos diarios uniendo Santiago con Concepción, Calama y Antofagasta”, dice Demalde.
Regueira, en cambio, no ve que el mercado chileno pueda otorgarle a Pluna lo que pierde al no participar en el argentino. Avizora, además, un camino no exento de espinas: “¿Puede Pluna ir a hacer la América a Chile? ¿LAN va a dejar que se mueva sin interferencias y le capte algo de su mercado?”, se pregunta: “Seguro que si advierten que a Pluna, con el tema de las bajas tarifas, empieza a irle bien, recurren a un subsidio, bajan los precios y se acabó el asunto”. No parece tan simple, sin embargo, que el nuevo gigante Latam vaya a encontrar simpatías del gobierno chileno para obtener ventajas subsidiadas.
Por el momento Pluna sigue sacando de las mangas ofertas ingeniosas. Una de ellas se enfoca a ejecutivos de São Paulo que desean ir a EE.UU. y promete evitar los atascamientos en los grandes aeropuertos. ¿Cómo? Saliendo por Campinas rumbo a Montevideo, y de ahí ir directo al Hemisferio Norte.