Año tras año AméricaEconomía Intelligence mide la gestión de estas autoridades, buscando separar las simpatías o antipatías personales, para comprender sus fortalezas y debilidades, en contextos tanto globales como internos.
Los ministros de Finanzas se parecen a las mujeres extraordinariamente bellas: el público suele creer que sus méritos les pertenecen a toda la sociedad y no a a cada ministro. Es el caso de Luis Videgaray, a quien muchos en América Latina saludan más por lo que está dispuesto a hacer que por lo que ha hecho: reformas históricas en los sectores petrolero y energético de México… ¿El riesgo? Sí, tal como pasó con el Nobel de la Paz a Obama, que el querer no se cristalice en hechos.
Entonces, en 2014 el ránking de ministros de Hacienda o Finanzas refleja una apuesta y una esperanza. Año tras año AméricaEconomía Intelligence mide la gestión de estas autoridades, buscando separar las simpatías o antipatías personales, para comprender sus fortalezas y debilidades, en contextos tanto globales como internos. Para ello se usa una metodología que contempla una serie de encuestas y otras herramientas de extracción de datos para un universo de empresarios, ejecutivos, líderes de opinión y periodistas de toda la región.
En esta edición incluimos una serie de indicadores macroeconómicos que muestran tanto los resultados de las medidas que estos secretarios de Estado impulsan, como la “atmósfera” en que se mueven y que condicionan sus estrategias.
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