DIJIMOS: Candidatos presidenciales, como Manuel López Obrador y Vicente Fox en México, Marco Enríquez-Ominami en Chile y Lula da Silva en Brasil, se han sumado al club del tren rápido prometiendo construir un tren de alta velocidad entre dos importantes ciudades; será una inversión enorme, pero el país se la merece (“Promesas de alta velocidad”. AméricaEconomía Nº 392).
LO NUEVO: El concurso para adjudicar el contrato de construcción de un tren de alta velocidad para unir las ciudades brasileñas de Río de Janeiro y São Paulo fue declarado desierto. El proyecto, cuyo presupuesto ronda los US$ 24.000 millones, será ahora atribuido en dos fases. Las autoridades insisten en que los trabajos comenzarán en 2013, aunque existen serias dudas de que consiga estar en marcha para 2016.