Conexiones inalámbricas en cualquier lugar y altura, centros de entretenimiento personalizados en su propio dispositivo móvil e interconexión con las redes sociales serán parte de las tecnologías que ya están ingresando en los vuelos.
Vacaciones o viajes de negocios, la experiencia de un vuelo comercial está lejos de ser un paseo para sus pasajeros. Largas esperas, retrasos, chequeos de seguridad. Y arriba del avión deben enfrentar largas horas en asientos sin mucha comodidad, aislados de cualquier tipo de comunicación con el mundo exterior.
En contraste con los avances tecnológicos que inundan la cabina de los pilotos y los sistemas de navegación, el desarrollo de artículos tecnológicos para el pasajero a bordo siguen estando estancados en los años 70. Sin embargo, en los últimos años se ha comenzado a observar una preocupación mucho mayor por la tecnología a bordo, en gran medida por la presencia cada vez mayor de dispositivos electrónicos que ocupan la atención de los pasajeros en los viajes. Y no se trata sólo de computadores portátiles.
Nube en las nubes. Desde hace un par de años, algunas aerolíneas, como AirTran, Alaska Airlines, American Airlines, Delta y Virgin America, comenzaron a ofrecer el servicio de internet inalámbrico en sus vuelos domésticos. Al principio estuvo restringido para la clase ejecutiva y primera, y luego se amplió al resto de las cabinas mediante un sistema de pago con tarjeta de crédito. Los pasajeros sólo deben conectarse a la red inalámbrica que detecten desde sus dispositivos en pleno vuelo, y pagar una cuota utilizando su tarjeta de crédito. Los precios por el servicio varían desde los US$ 5 hasta los US$ 19.99, dependiendo del tiempo de uso.
¿Y qué sucede con los vuelos internacionales? A diferencia de los domésticos, que se comunican a internet usando estaciones en tierra, los internacionales necesitan una conexión satelital, mucho más cara y difícil de implementar. La compañía australiana Qantas comenzará a dar este servicio en sus vuelos internacionales desde febrero de este año, siendo la primera en ofrecer internet mientras se cruza el océano, y en uno de los vuelos que mayor distancia y tiempo recorre: Los Ángeles-Australia, en un avión Airbus 380.
El periodo de prueba para estos servicios es bastante amplio, debido a la sensibilidad de los instrumentos de navegación que la aeronave utiliza. Cualquier error en las mediciones o direcciones podría resultar en un accidente fatal, algo que las aerolíneas no están dispuestas a sufrir sólo por darles más conectividad a sus usuarios.
En Latinoamérica, la posibilidad de contar con WiFi a bordo es técnicamente posible, pero económicamente inviable, según explica Fernanda Toro, gerenta de Experiencia de Viaje de la aerolínea chilena LAN. “Estos servicios podrían estar volando ya en Latinoamérica si el costo de las comunicaciones satelitales no hiciera prohibitivo usar internet a bordo”, dice Toro, aunque adelanta que “existen planes de lanzamientos de nuevos satélites que bajarán el costo de las comunicaciones, por lo que estamos monitoreando el mercado”.
Incluso empresas como Singapore Airlines, una de las cinco aerolíneas que ostentan las 5 estrellas de Skytrax, indicador que grafica la suma de todas las variables que definen la calidad en la industria, no cuentan con un servicio de WiFi internacional. Según dice James Void, vocero de la compañía, recién este año comenzarán estudios para poder implementarlo. Otras empresas que se encuentran realizando pruebas para implementar el servicio el próximo año son United Airlines, Qatar Airways, Lufthansa y Virgin America.
Entretenimiento y redes sociales. Un televisor de 14 pulgadas cada cierto número de asientos con un par de películas y series que ningún pasajero podía escoger. Ese era el panorama de entretenimiento aéreo hace no más de una década (y todavía en algunos vuelos domésticos de bajo costo). Luego aparecieron las pantallas LCD que se despliegan sobre el asiento del usuario y, finalmente, las personales, con la opción de escoger entre una selección de música, videojuegos, información, y películas.
Si bien estas últimas son mucho más comunes en cabinas business y primera clase, ya son prácticamente el estándar de la industria. ¿Cuál es la vanguardia entonces? Contenido personalizado en dispositivos como tablets y smartphones.
Virgin Australia comenzará el próximo año con un servicio inalámbrico de streaming para aparatos móviles; los pasajeros podrán, en pleno vuelo, conectarse a un servicio de WiFi, pero no para comunicarse con el exterior, sino para descargar contenido multimedia como series, películas y música a sus tablets y teléfonos inteligentes. “Este sistema, considerado una punta de lanza en torno a la tecnología de entretenimiento, provee a los pasajeros un amplio rango de productos, incluyendo streaming de audio y video entregado por demanda a los dispositivos de entretenimiento personal o laptops”, dice Martin Daley, gerente Ejecutivo de Productos y Servicios al Pasajero de Virgin Australia.
De forma similar pero inversa, Singapore Airlines tiene a disposición de todos los pasajeros a bordo de un avión A380-500 o 777 un “dock” para iPads o iPhones. Mediante ello se pueden cargar los dispositivos además de ver los contenidos propios usando el sistema de entretenimiento del avión. Aparentemente, el tiempo de las pantallas pequeñas de 9 pulgadas quedó atrás, y, según explica el vocero de la aerolínea, la clase económica cuenta con monitores de 11 pulgadas, mientras que business llega a 14 pulgadas (en primera clase incluso pueden ser de 23), una experiencia multimedia mucho más cercana a estar en su propio hogar.
Con respecto a las redes sociales, las compañías en general declaran que las plataformas aún se encuentran en un estado inicial como para desarrollar servicios innovadores más allá de la mera atención al cliente y recepción de reclamos vía Twitter o la promoción de concursos vía Faceboook. Nadie, en todo caso, niega las grandes posibilidades de estas herramientas.
Por ejemplo, la empresa holandesa KLM Royal Dutch Airlines está adelantándose a su competencia, ofreciendo un servicio llamado “meet and seat” que dejará a los pasajeros asociar su cuenta de Facebook y LinkedIn a su información de check-in. De esta forma, las personas podrán elegir su asiento basados en el perfil público de quien tendrán como vecino, pudiendo buscar afinidades ya sean sociales, de aspecto, o incluso de trabajo.
Otro ejemplo viene de parte de Malaysia Airlines, cuya plataforma obtiene información desde Facebook, permitiendo saber si amigos o cercanos van en el mismo avión o se encuentran visitando un sitio cercano al mismo tiempo que el pasajero. Todo sea por un viaje feliz.