Conozca el proceso que llevó a una de las mejores escuelas de negocios de EE.UU. a seleccionar una universidad chilena para un dual degree.
“¿En qué andan?”. Ésta era la simple pregunta con que la australiana Judy Olian inició cada una de las reuniones que concertó durante el mes de mayo de 2008 con decanos y académicos de algunas de las más destacadas escuelas de negocios de América Latina. Y es que aunque Olian, decana de Anderson School of Management, la renombrada escuela de negocios de la Universidad de California de Los Ángeles (UCLA), usó una estrategia de agenda abierta en cada una de esas reuniones realizadas en Brasil, México, Costa Rica y Chile, su objetivo era muy concreto: encontrar al socio ideal en América Latina para implementar una estrategia regional para la formación de ejecutivos.
La campaña iniciada por la académica es un hito entre los esfuerzos de las escuelas globales por entrar en América Latina. Posiblemente el antecedente más cercano fue la iniciativa de la Universidad de Kellogg, cuando en 2005 abrió una sede de su universidad en Miami para atender a los alumnos de América Latina, así como los permanentes esfuerzos que lleva a cabo el español Instituto de Empresa por entrar en la región. No obstante, y aunque son muchos las alianzas y acuerdos de cooperación que las universidades y facultades del mundo firman –acuerdos de intercambio de alumnos y profesores, diplomados conjuntos y otros–, el plan de la Anderson School of Management no tenía precedentes. Primero por la profundidad de la alianza buscada (el diseño conjunto de un plan de formación de ejecutivos internacional con título otorgado por la universidad estadounidense) y, segundo, por el nivel de la universidad. Aunque hay escuelas latinoamericanas que han conseguido llevar a cabo difíciles procesos para ofrecer una doble titulación con una universidad de EE.UU. o de Europa, ninguna lo había hecho con una de las consideradas Top 10 a nivel global.
Por ello, el proceso de búsqueda de Olian y un grupo de sus académicos debía tomarse su tiempo. Fueron casi dos años en que se intercambiaron visitas, conferencias telefónicas y trabajos conjuntos con una selección de lo más granado de las escuelas de negocios de la región. “Fue un verdadero concurso de belleza”, dice Alfonso Gómez, decano de la escuela de negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), la institución chilena que finalmente fue elegida por UCLA para su dual degree, como se conoce en el argot académico a los programas de doble titulación que permiten a los alumnos de una universidad obtener un diploma de grado académico de otra institución.
Aunque ni Olian ni los académicos de la UAI quisieron hablar sobre los otros nombres que estaban en la terna final, profesores de otras instituciones confirmaron que entre los finalistas estaban la mexicana Itam y la chilena Universidad Católica de Chile. Aunque la australiana no quiso confirmar este dato, sí manifestó su preferencia por una escuela chilena y la razón por la cual dos de ellas habrían llegado a la terna final. “Chile es el país más avanzado de América Latina, ése fue un punto fuerte en el momento de la decisión”, dice Olian, en entrevista telefónica con AméricaEconomía. “Chile fue el país de la región que mejor enfrentó la crisis económica y el contexto económico es muy importante”.
Y es que la apuesta de UCLA se basa en una experiencia que ya habían tenido en Asia al desarrollar un programa de MBA ejecutivo en conjunto con la Nacional University of Singapore, cuyo ámbito de acción atrajo a estudiantes de toda Asia. El plan con la UAI es el mismo: generar un esquema de trabajo hemisférico para este máster que se impartirá en Los Ángeles, en la escuela de negocios de UCLA, en Miami y en Santiago, en las sedes que tiene la UAI, y en São Paulo, en una sede por definir. “Cada tres meses los alumnos cursarán sesiones intensivas de unos 12 días en cada una de las ciudades”, dice Federico Hoffmann, director de admisión y marketing internacional. “Al tener cuatro sesiones en Norteamérica y dos en Sudamérica, la intención del programa es que “los ejecutivos puedan seguir con sus vidas laborales y que puedan ir aplicando los conocimientos adquiridos en el MBA entre sesión y sesión”.
MBA: muy buenas alianzas
Como ocurre en estas cosas, Olian es muy diplomática al momento de enumerar las razones por las que Anderson School of Management escogió a la UAI por sobre otras universidades. “Creemos que sería una buena oportunidad para ambas facultades, y el entorno de la UAI, su idiosincrasia y sus proyectos eran lo que buscábamos”, dice la académica. “Además, ya habíamos cooperado con la UAI anteriormente, es una escuela con grandes proyectos y con gran interacción con el mercado de Estados Unidos y, por supuesto, con América Latina. Al juntar los equipos vimos que podría funcionar muy bien, así que nos pusimos a trabajar en conjunto”.
Una de las claves para la decisión fue la capacidad de ejecución internacional de la UAI. La escuela chilena, una de las marcas reconocidas en la formación de ejecutivos en América Latina, ha logrado tener una presencia directa y permanente en Lima y Miami, además de su base en Santiago, con mallas académicas adecuadas para cada mercado. “Los paradigmas que antes se utilizaban para la expansión internacional están siendo cuestionados, por eso creo que UCLA ha sido muy valiente y vanguardista al pensar que, si definitivamente quiere hacer un dual degree con una escuela en Latinoamérica, tiene que ser con alguien que conozca el tema”, dice el mexicano Alejandro Ruelas-Gossi, académico de la UAI y quien dirige su operación académica en la sede de Miami. Él será el encargado de liderar el proyecto junto a Dominique Hanssens, académico de UCLA de origen belga y experto en marketing estratégico. Los dos directores académicos del proyecto, que se iniciará a partir de 2011, determinaron las cualidades del personal docente del máster que, siendo el mismo número de profesores de una escuela y de otra, debían cumplir con cinco requisitos básicos: tener el estado del arte del tema en el que van a enseñar, que cuenten con publicaciones en su área y credenciales económicas; tener ideas originales sobre sus materias; utilizar el método del caso; tener investigaciones hechas en toda la región (no sólo en sus países de origen) y, por último, ser entretenidos. “Éstos son los requisitos que buscamos en nuestros profesores”, dice Hanssens. Estos profesores serán el insumo principal para crear un MBA que contemga “todos los paradigmas que no recogen los programas convencionales, dirigido a una elite de ejecutivos que entienden la importancia y necesidad de insertarse en la economía global”, dice Alfonso Gómez, decano de la UAI. Este Global Executive MBA, desarrollado en conjunto por ambas universidades, es “un producto concebido, diseñado, producido y ejecutado conjuntamente entre norte y sur, no se trata de un producto insertado para América Latina”, dice Ramón Molina, director ejecutivo de la escuela de negocios y quien lideró el proceso de negociación con UCLA.
La alianza entre ambas escuelas abre un nuevo campo de posibilidades en la competencia por formar ejecutivos en la región. La iniciativa de UCLA llevará a que nuevas escuelas de EE.UU. y Europa busquen fortalecer su presencia mediante alianzas más íntimas con sus pares locales, con lo que las siglas MBA podrían resignificar Muy Buenas Alianzas. Por lo que cuando reciban una llamada de un decano global que pregunte “¿en qué andan?”, mejor que muestren su mejor cara.