Reposición del Impuesto al Producto Industrializado (IPI) y estancamiento en Brasil, unido a la devaluación propia, oscurecen horizontes de la industria automotriz argentina.
Que Argentina tiene un problema con la inflación no hay quien lo pueda negar. Sin embargo, el alza mensual promedio del 6,3% (respecto de diciembre previo) que mostraron los 10 modelos más vendidos de autos durante enero no tuvo que ver con ella. Al menos no en su totalidad. Sucede que, a partir del 1 de ese mes, por una disposición establecida en 2009, todos los vehículos cero kilómetros vendidos en el país deben venir equipados con frenos ABS, doble airbag y apoya cabezas laterales de serie. Según la consultora local E&N, tal hecho explica “en gran medida el incremento de los precios de dicho mes”.
Pero la industria automotriz local, si bien ahora produce vehículos más seguros, no se verá recompensada en el corto plazo por ello. Cerca del 90% de su producción se destina a Brasil, pero allí “ya entró en vigencia el incremento en la alícuota del IPI (Impuesto al Producto Industrializado) para los autos, lo que comienza a provocar un descenso en nuestro nivel de exportaciones al país vecino”, expone el trabajo.
Por suerte la historia es más compleja y algunos fabricantes podrían no verse perjudicados. El gobierno de Dilma Rousseff en realidad está retornando esos impuestos a los niveles previos a 2013, donde hubo una baja, en algunos casos a cero. Y lo hace en dos fases. Hasta junio de este año las subas serán hasta cerca de la mitad del nivel original. Sólo en julio volverán a sus valores históricos, con la excepción de los utilitarios de carga (4%) y camiones que se mantendrán en cero (contra el 5% histórico). Sin embargo, lo anterior no consuela en demasía a la mayor parte de los productores argentinos, que se han especializado en autos de las gamas más altas (los que, por su parte, recibieron un impuestazo local). Además, el estancamiento del crecimiento en Brasil no ayuda y tampoco la fuerte devaluación del peso argentino, que encareció las importaciones de autopartes.
Aun así, la situación es más de un descenso amortiguado antes que catastrófico: “Los patentamientos de Autos y Livianos alcanzaron en enero de 2014 los 104.093 automóviles, lo que significa una caída interanual del 1,93%”, explica E&N. Por ahora los airbags funcionan.