La inminencia de la aparición de robots armados que decidan ante sí sus blancos genera un llamado para su prohibición en todo el mundo.
Apenas horas antes de la última elección presidencial en EE.UU., la revista Wired publicó una nota titulada: “7 Tecnologías que harán más fácil al próximo presidente cazarte y matarte”. Una de ellas era Switchblade: un híbrido de drone (avión no tripulado) y misil que un soldado puede cargar en su mochila, programar su ruta usando un GPS y lanzarlo al aire como a una paloma de guerra. Hecho eso, nada evitará que busque su objetivo y explote contra él. Pero ¿qué tal si Switchblade pudiera decidir quién es su enemigo? A Steve Goose, director de la División de Armas de Human Rights Watch (HRW), tal posibilidad no le parece de ciencia ficción, sino que le resulta tan inminente como aborrecible: “Dar a las máquinas el poder de decidir quién vive y muere en el campo de batalla llevaría a la tecnología muy lejos”. Su comentario no es casual. La ONG difundió, hace pocas semanas, “Perdiendo Humanidad: El Caso contra los Robots Asesinos”, el primer trabajo privado sobre el tema, en el cual asegura que “este tipo de armas no es consistente con la ley humanitaria internacional”, por lo que “es necesaria una prohibición preventiva en su desarrollo y uso”.
Si alguien cree que se trata de meras fantasías, HRW indica que, en un paper del Departamento de Defensa de EE.UU. titulado “Hoja de Ruta Integrada de Sistemas No Tripulados 2011-2036”, se afirma que “hay una presión constante para aumentar la autonomía de los VTNT (Vehículos Terrestres No Tripulados), con el objetivo actual de lograr la autonomía supervisada, pero con un objetivo último de la plena autonomía”. Otro de la Fuerza Aérea estima que “los avances en inteligencia artificial permitirán a los sistemas de combate tomar decisiones y actuar dentro de las limitaciones legales y políticas sin que necesariamente se requiera la intervención humana”. ¿Cuándo? Tan pronto como en 2025. O incluso antes. Por ello Goose indica que hay que actuar ahora para “detener el desarrollo de robots asesinos antes de aparezcan en los arsenales nacionales”.