Los aumentos de los niveles de las hormonas norepinefrina y angiotensina en el cerebro derivan en que éste envía señales que empujan el diafragma hacia una sobrecarga que desata el síntoma.
La falta de aliento es la queja número uno de las personas que sufren de insuficiencia cardíaca. Ahora un investigador de la Universidad de Guelph, en Ontario, Canadá, ha descubierto su causa sorprendente, además un tratamiento eficaz y ya disponible para resolverla.
Jeremy Simpson, profesor del Departamento de Salud Humana y Ciencias Nutricionales de la Universidad de Guelph, y autor principal del innovador estudio, relacionó la falta de aire en la insuficiencia cardíaca con un desequilibrio hormonal en el cerebro usando ratones.
"No solemos pensar en el cerebro como la razón por la cual los pacientes con insuficiencia cardíaca tienen dificultad para respirar cuando suben las escaleras, especialmente cuando el corazón es el órgano enfermo", dijo Simpson, quien trabajó en el estudio con Keith Brunt, profesor de la Universidad Dalhousie. "Pero nuestros órganos hablan entre sí y el cerebro habla con nuestro diafragma", agregó.
Conocida como disnea, la falta de aire afecta a las personas que sufren de insuficiencia cardíaca.
"Para estos pacientes, la pérdida de la capacidad de hacer las tareas diarias debido a la falta de aliento, es uno de los retos más difíciles de la enfermedad", dijo Simpson. Hasta ahora, el tratamiento se centraba típicamente en el corazón y los vasos sanguíneos, y no en el sistema respiratorio, añadió.
"Hemos sabido durante décadas que los pacientes con corazón tienen dificultad para respirar, pero nunca sabíamos realmente por qué", dijo Simpson. "Generalmente se creía que la acumulación de líquido en los pulmones hacía difícil que los pacientes cardíacos respiraran y supusieron que era un efecto secundario de una enfermedad cardíaca que no podía ser tratada directamente".
Pero los investigadores descubrieron que usar fármacos supresores de hormonas ya existentes, que pueden llegar a la parte del cerebro responsable del control respiratorio, es efectivo para resolver el síntoma.
"Si podemos ayudar a estos pacientes a respirar más fácilmente podemos mejorar significativamente su calidad de vida", dijo Simpson.
Inicialmente, el estudio implicó seguir modelos de ratones con insuficiencia cardíaca a través de una progresión de cuatro meses de la enfermedad. Entonces los investigadores hicieron un descubrimiento interesante.
"A diferencia de la investigación anterior que examinó los órganos en las etapas finales de la enfermedad, estábamos mirando los cambios que suceden a medida que la insuficiencia cardíaca se desarrolla", dijo Simpson.
"Encontramos que el diafragma, que es el músculo principal que usamos para respirar, estaba siendo sobrecargado". El siguiente paso fue determinar por qué.
Ya se sabía que las personas con insuficiencia cardíaca tienen niveles aumentados de las hormonas norepinefrina y angiotensina y que tal desequilibrio causa la presión arterial alta y la insuficiencia cardíaca.
Los investigadores descubrieron que estas mismas dos hormonas están detrás de un diafragma que se vuelve débil.
"Esencialmente, estas hormonas entran en el cerebro y envían señales que empujan el diafragma hacia una sobremarcha implacable", dijo Simpson. Entonces, "al suprimir estas hormonas, podemos evitar que el diafragma se debilite".
Simpson dijo que los betabloqueantes y los bloqueadores de los receptores de la angiotensina que pueden pasar a través de la barrera hematoencefálica fueron exitosos en el tratamiento de la afección cardíaca y la debilidad del diafragma.
"No necesitamos esperar por un nuevo fármaco, que podría tardar años o, incluso, décadas en desarrollarse. Sólo tenemos que seleccionar los medicamentos adecuados para los pacientes adecuados en el momento adecuado", indicó.
Los resultados pueden no sólo mejorar la calidad de vida de los pacientes con problemas en el corazón, sino también para los pacientes con otras enfermedades donde la falta de aire es un síntoma, dijo Simpson.
"Nuestra meta en la Medicina no es sólo mantener a las personas vivas, sino ayudarlas a tener la mejor calidad de vida”, concluyó.
Los primeros datos sobre estos hallazgos aparecieron ayer miércoles en Science Translational Medicine.
Imagen: Muestra del deterioro del diafragma en un modelo animal, luego de varias semanas de insuficiencia cardíaca. Crédito, A.J. Foster et al., Science Translational Medicine (2017).