"Entre ellos" reúne en un solo tomo dos semblanzas que destacan por su honestidad y profundidad.
El Observador | En una escena de la película "Smoke", dirigida por Wayne Wang con guion de Paul Auster, se cuenta la anécdota de un joven alpinista que se pierde en la montaña y muere para años después ser encontrado enterrado en el hielo por su propio hijo que, asombrado, comprueba que su padre es solo un muchacho mientras que él es ya un hombre maduro que ha alcanzado una edad a la que su progenitor nunca llegará.
Algo similar le sucede a Richard Ford en "Entre ellos", un libro hecho de recuerdos que recrea la vida de sus padres. Más viejo de lo que nunca fueron ellos, reconoce en el texto ese detalle y señala que seguramente él es la última persona viva que los conoció, que puede dar testimonio de lo que fueron juntos y por separado.
De las dos piezas que componen el libro hay que decir que la dedicada a su madre fue escrita en 1981 poco después de su muerte, mientras que la de su padre es un trabajo inédito que recién ahora ve la luz. Que ambos textos, escritos con casi 40 años de diferencia ensamblen uno con otro sin ningún problema es una muestra más del talento de Ford, uno de los escritores estadounidenses más importantes de las últimas décadas.
Ninguno de los dos trabajos encuadra con lo que comúnmente se llaman memorias, entre otras cosas porque donde hay huecos de la memoria o hechos que no pasan de un fugaz recuerdo Ford se las ingenia para rellenarlos de especulaciones e hipótesis de imposible verificación, aún para él. Por lo tanto, son relatos ajustados a la realidad pero que no cuentan exactamente lo que pasó, sino que todo pasa por el tamiz de un escritor que quiere entender antes que simplemente contar.
Al imponer la racionalidad por sobre lo emocional, Ford hace que los textos puedan leerse como la transcripción en papel de una terapia psicológica regresiva, donde se va incluso más atrás del nacimiento del autor. Casi sin proponérselo, Ford termina trazando también un fresco de Estados Unidos a través de la vida de dos personas que pueden calificarse como arquetipos del estadounidense medio.
De origen humilde y rural, nacidos en el caluroso sur del país, son hijos de inmigrantes que huyen de la pobreza en busca del sueño americano. El padre se gana la vida como viajante comercial, mientras la madre lo acompaña como un escudero a todas partes. Son, en cierta forma, un matrimonio lanzado a la carretera, que vive de ciudad en ciudad, de hotel en hotel, de cafetería en cafetería. Pero Ford los imagina felices.
Y es precisamente el nacimiento inesperado y tardío del futuro escritor lo que tuerce el destino de sus padres y configura el suyo propio para siempre. Porque la llegada del niño provoca la ruptura de la pareja, en el sentido de que ella debe abandonar los viajes para quedarse en casa con el pequeño Richard, mientras el padre continúa en la carretera y solo viene a casa los fines de semana para ser marido y padre durante 48 horas.
Que Richard Ford haya declarado más de una vez que odia a los niños y que haya decidido no tenerlos con su mujer explica hasta qué punto quedó grabada en su cabeza la idea de que fue su nacimiento lo que arruinó la felicidad de sus padres.
Padres que eran una cosa juntos y otra bien diferente separados, lo que le permite a Ford realizar una magnífica pintura de caracteres opuestos. A la madre la trata bastante bien a lo largo de todo el texto. Al padre, en cambio, le reprocha un buen puñado de cosas, aunque intenta ser objetivo, cosa que a veces logra y otras no.
La virtud de "Entre ellos" es que a partir de dos vidas que no parecen tener nada de extraordinario, Ford construye un relato poderoso que indaga en los vericuetos más profundos de la psicología humana.