El evento que anualmente marca el fin del verano en Chile, ha estado marcado por los movimientos sociales que comenzaron en octubre del año pasado.

El tradicional Festival de Viña del Mar, en Chile, empezó el domingo y el encargado de la inauguración fue el puertorriqueño Ricky Martin, que con reclamos políticos, besos y hits pasó por el evento, una de las paradas previas a su show en Montevideo, el próximo 2 de marzo, cuando cantará en el Antel Arena. 

Antes de empezar un show que duró dos horas, el cantante sorprendió a los presentadores del evento, María Luisa Godoy y Martín Cárcamo. Godoy le pidió si podían darle un beso "en nombre de todos sus fans", y Martin los sorprendió intentando darles un beso en la boca a ambos. Tuvo suerte con Cárcamo, pero Godoy estaba advertida y se movió para dejarle el cachete. 

Después vino la música. La canción más reciente de Ricky Martin fue la que abrió el espectáculo, Tiburones. Luego vinieron los clásicos de toda su carrera, desde las más nuevas como La mordidita o Vente pa'ca, hasta Livin' la vida loca, Vuelve y Pégate. 

También hubo espacio para que el artista, que en las protestas contra el gobierno de Puerto Rico ocurridas en julio de 2019 se convirtió en uno de los abanderados de la lucha junto a colegas como Bad Bunny o Residente (exintegrante de Calle 13), diera su opinión sobre las protestas que se han producido en Chile  desde octubre de 2019. 

"Que (los chilenos) se expresen, que exijan lo básico, los derechos humanos, es básico, no pedimos nada. Yo estoy contigo Chile, nunca callados, siempre con amor y con paz", afirmó el cantante de 48 años.

Antes del show hubo cánticos contra el presidente chileno, Sebastián Piñera, mientras que en la ciudad de Viña del Mar se produjeron protestas e incidentes, con manifestantes arrojando cócteles molotov y piedras contra la policía y algunos vehículos estacionados en el hotel O'Higgins, uno de los alojamientos insignia del balneario chileno.