Vida es el título de su nueva aportación a este evento deportivo, resultado de una convocatoria mundial a la que se presentaron 1.600 canciones de todo el mundo, de la que surgió el corte ganador, escrito por el estadounidense Elijah King.
Ricky Martin, que vuelve a participar con una canción en un Mundial tras Francia '98, manifestó que “no le diría que no” a un dúo con Shakira, a la que admira y con la que coincide en el disco grabado para la cita de Brasil 2014.
“Conozco la pasión del fútbol, pero si me tiras al campo, perdiste”, reconoce en una entrevista en Madrid el músico puertorriqueño, que se muestra “encantado” de esta nueva “oportunidad” de trabajar con la FIFA tras aquella ocasión previa que le abrió las puertas del planeta con La copa de la vida.
Vida es el título de su nueva aportación a este evento deportivo, resultado de una convocatoria mundial a la que se presentaron 1.600 canciones de todo el mundo, de la que surgió el corte ganador, escrito por el estadounidense Elijah King. “Estoy seguro de que la cantaré por diez años más”, apuesta Martin, que atribuye la elección de este tema a que no le resulta difícil imaginarse “a 80.000 personas” cantándolo en los estadios “por su gancho melódico y su mezcla musical de culturas”.
Vida, que seguro sonará en su próximo concierto en Marbella (Málaga) dentro del Starlite Festival el 25 de julio, se integra en One love, one rhythm: The official 2014 FIFA World Cup Album (Sony Music), en el que también han participado Pitbull, Jennifer Lopez y la brasileña Claudia Leitte (We are one) y Shakira con Carlinhos Brown (La La La), entre otros.
Ya es posible disfrutar del vídeo multitudinario que lo acompaña, dirigido por Livia Gama y Kátia Lund, codirectora a su vez de la película Ciudad de Dios, y que fue grabado con la ayuda de un centenar de personas, entre las que había niños, bailarines, modelos, artistas de capoeira y samba y jugadores de fútbol.
“Nadie la pasa mal durante tres días en Río de Janeiro”, bromea Martin, que quiso que el rodaje captara el ánimo de las calles y “tomar las distintas caras de los cariocas sintiendo la fiesta”.
Anticipa que es bastante probable que la canción se integre como tema extra y que incluso titule el que será su décimo disco de estudio, tras MAS (Música+alma+sexo, 2011) , en cuya elaboración se halla aún inmerso y que espera lanzar en octubre.
“No voy a dejar atrás los ritmos latinos -¿para qué arreglar lo que no se ha roto?-, pero siempre hay una influencia dance y anglo porque soy bicultural”, avanza Martin sobre este futuro trabajo, en la que, entre otros productores, ha trabajado con los australianos DNA en el ya conocido Come with me.
Después de la reciente colaboración con Jennifer López en Adrenalina, de su compatriota Wisin, cabe imaginarle grabando un dúo para su nuevo álbum con alguien como Shakira, cuyas vidas profesionales han seguido caminos paralelos como principales impulsores del “boom latino” global.
“Yo no le voy a decir que no a un dúo con Shakira, la admiro mucho por todo lo que ha logrado, es una gran colega y tengo mucho respeto por su trabajo filantrópico, que es de gran impacto”, destaca Martin, que desde su propia organización lucha para abolir la trata infantil.
Volviendo al fútbol, al menos de forma metafórica, dice que el “gol de su vida” ha sido el nacimiento en 2008 de sus hijos Matteo y Valentino, un tanto doble en este caso. “Lo que me ha tocado sentir ha sido indescriptible y yo voy por más, estoy empezando todavía”, afirma.
“Responsable” de todas las decisiones de su vida, rechaza mirar hacia atrás o sentirse “víctima” de nada. “El pasado es una eternidad que ya no existe”, opina. Prefiere hablar en todo caso de los “autogoles” que se ha marcado.
“En mi vida ha habido muchos errores, desde algo tan simple como una canción (...) a, profundizando más, no permitir que la espiritualidad -que no la religión- entrara antes en mi vida. Me ha ayudado a tomar muchas decisiones acertadas y a recuperar mi dignidad”, confiesa el hombre que “motu propio” decidió hace ya cuatro años confesar su homosexualidad y vivir una “vida” más plena.