El alcalde de la ciudad afirmó que “ahora la prioridad para todos nosotros son las vidas humanas. Entre abrir caminos y salvar vidas, mejor salvemos vidas”.
Río de Janeiro. Cientos de socorristas trabajaban frenéticamente este jueves para encontrar a residentes sepultados por un nuevo deslave cerca de Río de Janeiro, mientras que la cifra de fallecidos como consecuencias de las intensas lluvias en la segunda mayor ciudad de Brasil subían a 153.
Las más fuertes precipitaciones registradas en la zona en más de cuatro décadas, que comenzaron este lunes, han provocado cerca de 200 deslaves que arrasaron con casas de favelas situadas en laderas de cerros, causando la mayoría de las muertes y dejando sin hogar a miles de personas.
Autoridades afirman que al menos 10.000 casas aún están en riesgo de derrumbe y el Gobierno federal envió a más fuerzas de seguridad para ayudar en las operaciones de rescate.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, solicitó al Gobierno federal 370 millones de reales (US$208 millones de dólares) en ayuda para operaciones de emergencia.
Los equipos de búsqueda rescataron a 21 personas desde los escombros de casas arrasadas por un deslave ocurrido este miércoles en la noche en la ciudad de Niterói, a pocos kilómetros de Río.
Socorristas dijeron que seis cuerpos fueron sacados del barro y creen que hay otras 70 personas desaparecidas como consecuencia de ese incidente.
"Fue una tragedia y el trabajo de rescate aún es intenso ahí. Desafortunadamente, hay informes de más cadáveres", dijo un portavoz del Cuerpo de Bomberos de Río de Janeiro.
Vidas perdidas. Paes dijo que la ciudad daría primera prioridad al hallazgo de aquellos aún atrapados bajo el barro y los escombros, dijo la red brasileña Globo, incluso si eso significa tener que desviar recursos de la reparación de caminos y mejorar el tránsito en la ciudad.
"Ahora la prioridad para todos nosotros son las vidas humanas, entre abrir caminos y salvar vidas, mejor salvemos vidas", dijo, según informó Globo.
La mayor parte de los daños se concentra en favelas donde vive alrededor de una quinta parte de la población de Río, a menudo en precarias casuchas.
El barrio de Morro do Bumba, donde tuvo lugar el deslave de este miércoles, fue construido sobre un ex vertedero.
Niterói hasta ahora ha sido el área más afectada, con al menos 85 muertos, afirmó el Cuerpo de Bomberos, mientras que en Río de Janeiro informaron de 48 fallecidos.
El alcalde Paes llamó a los residentes a quedarse en sus casas por tercer día consecutivo o al menos evitar desplazarse al centro de la ciudad, debido a que los pronósticos meteorológicos anticipan que las lluvias continuarán hasta el fin de semana.
Este jueves el tránsito fluía normalmente en la mayor parte de la ciudad, a diferencia de lo que ocurría dos días antes, cuando las lluvias convirtieron a los viaductos en lagos, dejaron a los conductores varados en sus vehículos y obligaron a otros a caminar kilómetros hasta sus casas por calles empapadas.
El caos en el transporte renovó la atención sobre la pobre infraestructura de Río de Janeiro cuando se prepara para ser sede de la Copa Mundial de Fútbol 2014 y de los Juegos Olímpicos 2016.
El Comité Olímpico Internacional (COI) dijo este miércoles a través de un comunicado que planea conversar con autoridades de Río de Janeiro una vez que la situación se normalice, para evaluar en qué forma el desastre podría afectar los preparativos para los Juegos.