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Rosa Madera y la misión de crear tendencias en filantropía
Miércoles, Abril 29, 2015 - 22:00

Luego de cuatro años trabajando en la Asociación de Empresas Familiares, tras pasar por la chilena U. de los Andes, la abogada española Rosa Madera, especializada en Administración Pública y Derecho Europeo, se hizo cargo de la Fundación Ibáñez Atkinson, donde ya lleva cuatro años como directora ejecutiva.

La Fundación está enfocada a temas de cultura, seguridad, medioambiente y emprendimiento, donde el fuerte hasta el momento ha sido el área musical. Madera explica que “la música les gusta mucho, porque la mamá desde el principio ayudó varios cantantes líricos por el mundo, está muy involucrada en este tema y es con lo que vibra. Realmente es con lo que empezamos primero”.

En esta área hay alrededor de 15 becados en distintos países: Alemania, Italia, España, Suiza. Su elección, precisa Madera, es un proceso muy importante, pues deben presentar el currículo, dar a conocer el proyecto de vida y proyecto que van a hacer y presentar una carta de aceptación. Incluso, en algunos casos también deben hacer audiciones. “Pero en general, son personas que se conocen en el medio. Hay un presupuesto cerrado, que va destinado a los mejores”, sigue la directora ejecutiva.

De forma paralela, también se están apoyando proyectos de seguridad mediante alianzas, como el “Paz Educa” de la Fundación Paz Ciudana, que está dirigido a colegios vulnerables en una primera instancia y luego a escuelas que busquen prevenir el bullying. “Es interesante, de hecho, tenemos un convenio con la comuna de La Florida, que será la única en todo Chile, con 24 colegios munipales que tendrán el programa”, dice.

Otro de los ejes, es el tema medioambiental, donde se espera crear un programa educacional que se integre en el currículo de los colegios. La ejecutiva dice que en Chile todavía falta educación ambiental, porque los esfuezos se centran en iniciativas extracurriculares. Para esto, se tomará su tiempo para analizar iniciativas extranjeras y visitar a otras fundaciones, algo similar como hizo con el área musical, donde analizó propuestas durante dos años. “No queremos reinventar la rueda, porque creemos que en otros lugares están a años luz en estos temas y quizá hay algo interesante medioambientalmente hablando. Estoy viendo varias propuestas, que las tengo ahora en carpeta. Ojalá que el 2016 salga a la luz un programa medioambiental inédito en Chile”

Ver la fundación como una empresa

Otro de los aspectos a los que se refiere Madera, es que en Chile el tema de la filantropía está todavía en pañales, bien lejana a la realidad de Estados Unidos. Y así sucede en la mayor parte de la región. “En Chile hay muchas familias empresarias con fundaciones, pero todavía nos falta mucho en comparación con otros países como EE.UU., donde el 1,6% del PIB viene de fundaciones”, dice Madera. Algo similar ocurre con la recaudación de fondos, que por lo menos en América Latina aún no falta profesionalización.

En el caso de la Fundación Ibáñez Atkinson, los fondos son principalmente del patrimonio familiar, pero “obviamente queremos sustentarnos con otros fondos. Colaboramos en alianza con otras fundaciones, ojalá que nuestros programas propios sean tan buenos que otras fundaciones, empresas o particulares nos donen”.

Para Madera es fundamental crear tendencia y hablar de lo que es la filantropía con impacto, lo que significa hacer emprendimiento social. “Todavía se habla de las fundaciones con muy visión de caridad, pero falta, por ejemplo, hablar del impacto: qué se generó, cuáles fueron los beneficiarios y los cambios. Estudiarlo de forma profesional”, dice la ejecutiva.

Para Madera, la fundación debe ser como una empresa, “el dinero tiene que funcionar para que realmente se hagan buenas cosas”. Eso es lo que ella refiere como filantropía transformadora e involucrada, donde debe haber interés por saber lo que se está haciendoy de qué manera. Todo esto para gestionar de tal manera que se pueda evaluar el impacto.

-¿En Chile no se asume que las fundaciones pueden tener un modelo de negocios como empresa?

Sí, entre los empresarios yo creo que lo entienden, pero el público no. También se habla de beneficios tributarios, que finalmente son beneficios marginales. Gente con esa capacidad de tener un presupuesto en una fundación no lo hacen porque rebajará cierta cantidad de millones, es un presupuesto en el que se requiere organización, personas y sponsors, porque hay que ir a las comunidades a que te conozcan. Entonces sí, quizá cuando dices como una empresa, piensan que no, pero cuando lo explicas bien.

Ahora se habla mucho de la innovación en todas las áreas. Bueno, en la filantropía también estamos en un momento de innovación, donde vemos la filantropía como una empresa donde hay un impacto que gestión y buenos profesionales. Las fundaciones deben de tener buenos profesionales, porque es mucha la gente que se está impactando.

-Cuando se busca profesional para la fundación, ¿es difícil hallar talento?

En ciertas áreas, sí. Estuve entre dos y tres años buscando la gerente de Música, porque debía ser alguien que supiera de música y gestión. Generalmente el músico se mete más en la parte artística y le falta el lado más de gestión, y también está el tema de los sueldos.

Pero está cambiando el switch, porque las generaciones jóvenes, sobre todo los sub 30 vienen con otra mirada, que lo retributivo es importante, pero también que les guste su trabajo y que tengan otros beneficios. Ya no es como antes, donde vale trabajar 12 horas pero ganar más. Se tiene otra mirada a la de generaciones del 50 o 60, que eran más competitivos, querían un buen sueldo y se preocupaban por cursar un master. Ellos prefieren incluso tomarse un año sabático para conocer otras culturas y meterse a una fundación y aprender.

Acá lo tenemos claro, queremos gente buena. Porque fundaciones familiares habrá 20 en Chile que se están creando, donde empieza alguien de la familia y luego ya contratan a un ejecutivo. Todo ese engranaje se está armando, por eso para mí es muy importante y quiero poner este tema en el tapete, de la filantropía transformadora y con impacto, con buenos profesionales que evalúan y miden.

-¿Qué pasa entonces con la profesionalización de la gente que ingresa a las fundaciones?

En nuestro caso, ahora no tenemos voluntarios ni nada, pero tenemos un gerente de Música con un bagaje impresionante. Es cantante lírico, tiene master en Gestión Cultural y trabajó anteriormente en distintas instituciones como manager.

La gerente del área de emprendimiento lleva 30 años viendo este tema, trabajó en hoteles y con mujeres en diversas fundaciones, y además sabe muchísimo de cocina y gestión. No sólo lo decimos, sino que lo hacemos. En las dos áreas hay gente muy buena.

Creo que un buen líder debe hacer eso, dejar hacer y rodearse de gente que sepa de las áreas y que apoye para que las cosas resulten.

De acuerdo con Madera, "2016 es el año para conseguir recursos. Muchas veces hay empresarios que dicen 'Mira, yo no me animo a crear una fundación, pero tengo el dinero y me interesa tal tema'. Ojalá que esta clase de empresarios lleguen a nosotros. Para que sean colaboradores y socios estratégicos”.  

Autores

Daniela Arce