El fabricante indio de origen británico estrenó un motor de 650 cc, con el que equipó sus modelos Interceptor y Continental.
El fabricante especialista en el segmento del mediano cilindraje presentó los modelos Interceptor INT 650 y la Continental GT 650.
La primera de estas referencias, la Interceptor INT 650, que originalmente fue construida específicamente para el mercado estadounidense y que logró gran popularidad en la costa oeste, conserva su aspecto, pero ofrece mayor rendimiento.
Cuenta con un nuevo chasís de cuna de tubo de acero, que ofrece versatilidad y una fácil conducción. A esto se suma sus clásicos neumáticos Pirelli delanteros y traseros de 18” y amortiguación twin shock con frenos de disco delanteros y ABS traseros.
“La Interceptor INT 650 lleva el legado de Royal Enfield al siglo XXI. Si bien en su esencia conserva el diseño y el carácter de la vieja escuela, tiene todos los fundamentos de una máquina moderna”, aseguró Mr. Siddhartha Lal, CEO de la marca.
En cuanto a la Continental GT 650, se presentaron algunos cambios en su diseño y un nuevo motor. Su diseño permite un fácil acceso al manillar bajo, que busca ofrecer comodidad al piloto, sin comprometer la capacidad del tanque de combustible de 12.5L. De igual forma, viene equipada con frenos de disco delantero y ABS trasero.
"El GT ha sido una motocicleta icónica en la cartera de Royal Enfield. Desde su lanzamiento en 2013, Continental GT ha ayudado a la marca a fortalecer su posición en mercados maduros de motocicletas en todo el mundo”, dijo Rudratej Singh, presidente de Royal Enfield.
Ambas motocicletas están impulsadas por el primer motor 650 Twin de la marca, una plataforma nueva, de una sola leva aérea, 8 válvulas, refrigerado por aire/aceite, Twin de 648 centímetros cúbicos, que produce 47bhp y 52Nm de potencia. Es un motor de rendimiento bajo y rango medio fuerte.
Además, la Interceptor INT 650 cuenta con una caja de seis velocidades, diseñada para esta moto. La transmisión se complementa con un embrague 'slip / assist', que facilita la conducción en el tráfico con una sensación de ligereza y evita el salto de rueda al cambiar de marcha, también producido por primera vez en Royal Enfield.