Pese a que se insiste en que se requiere de empresas que innoven, en el interior de las firmas no se fomenta la creatividad y se teme correr riesgos.
La innovación es la sangre que corre por las venas de una empresa. Pero como líder, ¿es posible fomentar la cultura de la innovación?
En las interacciones que mantengo con ejecutivos, tal deseo de innovación se expresa en frases tales como:
- “Necesitamos que nuestros líderes sean creativos”
- “Necesitamos que nuestros líderes desafíen el status quo”
- “Necesitamos que nuestros líderes corran riesgos”
Sin embargo, al dialogar con los líderes, estas palabras parecen vacías. No es que estén en desacuerdo con la necesidad de innovar o asumir riesgos, sino que dudan acerca de la sinceridad de los ejecutivos senior que demandan esto. Al preguntarles el motivo, suelen citar una larga lista de casos en los que se truncaron carreras por fallar en la innovación o por haber corrido con riesgos que generaron perjuicio en lugar de beneficio. Para ellos, estas palabras son sólo eso: palabras.
Pareciera que la verdadera prueba sobre la capacidad de innovar no es el éxito, sino el fracaso. ¿Rodarán cabezas? ¿Habrá despidos? ¿Se degradará a alguien hacia algún remoto y oscuro lugar de la empresa para que no se sepa ni oiga más de esa persona? No todas las organizaciones reaccionan de ese modo; algunas (aquellas que sostienen la bandera de la innovación hasta las últimas consecuencias) reaccionan de manera diferente ante los fracasos y traspiés.
Tal es el caso de Microsoft: el año pasado, la compañía lanzó Tay.ai, un bot de Twitter para intentar captar el nuevo mercado de la inteligencia artificial. Lamentablemente para Microsoft, los hackers convirtieron al bot amigable en un racista intolerante, por lo que el proyecto fue levantado inmediatamente y la empresa emitió un comunicado disculpándose con el público.
En su artículo para la revista “USA Today”, Marco della Cava, subrayó que, en el pasado, la compañía hubiera despedido a los empleados vinculados con tal fracaso. Pero ahora, bajo el mando de la CEO Satya Nadella, Microsoft tiene otro approach.
¿Cuál fue la decisión de Nadella? Envió una carta al líder del proyecto, responsable del vergonzoso incidente, en la que le decía: “Sigan intentando. Cuentan con mi apoyo”. El líder y su equipo hicieron caso al CEO e insistieron en el desarrollo de su proyecto hasta que, en diciembre pasado, lanzaron a “Zo”, el nuevo chatbot, con el cual, no hubo incidentes hasta la fecha.
Durante la entrevista con della Cava, Nadella explicó:
“Es fundamental que los líderes no asusten ni amenacen a su gente, sino que le den espacio y apoyo para resolver el problema. Si la gente actúa por miedo es duro (sino imposible) crear soluciones innovadoras”.
Mientras que las organizaciones se llenan la boca diciendo que la innovación es pilar de su negocio, son pocas las que realmente fomentan la cultura necesaria para que tal innovación pueda desarrollarse. La fórmula, tal y como la aplica Nadella, es simple:
“Reemplacen miedo con apoyo; motivación en lugar de amenazas y siempre pero siempre, cubrele la espalda a tu gente”.
Cuando se le preguntó a Nadella acerca de su visión de su rol de CEO, explicó que, luego de tres años de ejercer el liderazgo, descubrió que su función fundamental es la de “curador de la cultura empresarial” y afirmó: “Si no te enfocas en crear y preservar una cultura que permita que la gente de lo mejor de sí, entonces no has logrado nada”.
En el Gut Check de esta semana preguntamos: Sabes crear una cultura de innovación?
*Texto escrito por Vince Molinaro, Global Managing Director, Líder de Estrategias para Lee Hecht Harrison y publicado originalmente en el sitio web de Lee Hecht Harrison Chile*