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Samuel González, de Fundación E: "Un negocio se puede iniciar sin dinero, pero con una propuesta de valor clara y con relaciones comerciales sólidas"
Martes, Agosto 11, 2020 - 18:08

El también autor del libro 4X4 Emprendedores Todo Terreno, explica los pasos para crear una empresa, considerando las necesidades del entorno y diferenciándose de la competencia.

Samuel González es fundador y presidente ejecutivo de la Fundación E, que orienta a emprendedores en modelos para el desarrollo, y autor del libro "4X4 Emprendedores Todo Terreno", en el que entrega consejos para convertirse en un generador de cambio basado en la innovación y la disrupción.

En su trabajo por América Latina, González ha observado un potencial muy grande para diversos tipos de emprendimiento. Es así como surge el libro, "con el objetivo de que sirva como una herramienta que documente las habilidades, valores y actitudes propias de un emprendedor latinoamericano", dice el experto.

El modelo de negocio es apenas el 1% del camino

"El boom de Sillicon Valley cobijado con la mercadotecnia que los americanos saben hacer muy bien, ha generado que muchos países, culturas, comunidades y personas tengan la aspiración y la percepción de que emprender es igual a un desarrollo tecnológico, incluso, el mismo ecosistema de apoyo a emprendedores, desde incubadoras de empresas hasta fondos de inversión, tienen casi como prioridad única la tecnología", indica González.

Por esta razón, dice el creador de la Fundación E, "es necesario tener claro que emprender e innovar son dos talentos diferentes, y esa es una fórmula que no es replicable. Los grandes inventores no siempre tienen la capacidad de venta, gestión y administración de su propia innovación, es un camino lleno de incertidumbre que demanda una capacidad de resilencia ante lo desconocido y lo inesperado".

Por ello, el modelo de negocio que la gran mayoría plantea es apenas el 1% del camino, es el punto de partida, pero la ejecución es la verdadera cara del emprendimiento, y eso no es color de rosa.

-¿Qué se debe considerar antes de crear una empresa no tecnológica?

Si miramos estadísticas de perfiles de empresas, particularmente de pymes, las tecnológicas son las menos. La mayoría son emprendimientos tradicionales basados en la necesidad del emprendedor. Ese es el punto de partida, crear emprendimientos a partir de solucionar problemas y no a partir de lo que el emprendedor “cree que es mejor”. Por esto, el tiempo y metodología dedicada a la observación de problemas es una buena manera de iniciar; posterior a ello se debe crear la solución al problema, y de inmediato buscar un nuevo problema. Es lo que llamo el emprendedor de soluciones como propuesta de valor en su eje central.

En lo que respecta al dinero, dependerá mucho del tipo de emprendimiento, sin embargo, soy de la idea que un negocio se puede iniciar sin dinero, pero con una propuesta de valor clara y con relaciones comerciales sólidas. Por ello, la construcción y mantenimiento de vínculos con personas clave es una habilidad que todo emprendedor debe tener. Finalmente, vale la pena observar las tendencias y hacia dónde se mueven los cambios sociales, económicos, políticos y culturales. Esas observaciones pueden generar puntos de inspiración clave para el emprendedor.

-Más allá de un perfil de emprendedor atrevido que salga de su zona de confort, ¿qué otras habilidades debe tener?

Es un conjunto de habilidades, valores y actitudes, las cuales van muy alineadas al perfil del emprendimiento. A mi parecer, las más destacadas son ética y honestidad; capacidad de solucionar problemas con información incompleta: relaciones públicas; venta y cobranza; control y gestión de las finanzas; capacidad y gestión de riesgo; conocimiento directivo; pensamiento crítico; comunicación y colaboración; inteligencia emocional; iniciativa y autodirección; y orientación al futuro.

-¿Qué hay de la incapacidad de manejar el fracaso?

En muchas de nuestras culturas no se nos enseña a valorar el fracaso, es común que sea castigado o señalado como algo negativo en lugar de verlo como una oportunidad. La vida de un emprendedor tiene éxitos y fracasos, ambos requieren de talentos diferentes: el éxito demanda humildad y el fracaso requiere de valor para reconocerlo, aprender de ello y continuar en el camino.

-¿Cómo es posible levantar una micro o pyme sostenible y sustentable con escasos recursos?

Generalmente, cuando hay escasez de recursos se tiende a pensar en las finanzas o en el dinero. Gestionar recursos para una pyme sustentable, es visionar recursos abundantes en relaciones y redes de contactos, lo que implica mantenerse en conocimiento y actualización permanente. Es por esto que la capacitación continua (hoy en día hay muchos recursos de este tipo gratuitos), tiene un rol fundamental, así como la investigación permanente.

-Hay varios capitales semillas a los que pueden postular los emprendedores primerizos, ¿puede haber un problema en que haya demasiado de donde elegir?

En este sentido nunca habrá recursos de más, pero siempre que haya selección. Desde el punto de vista de los fondos de inversión, es importante la diversificación de tesis de inversión en aras de no caer en lo típico (tecnología, inmuebles, salud) y, desde el punto de vista del emprendedor, la investigación basada en problemas para presentar propuestas de valor únicas con un mercado claro.

En el caso de los empendedores más experimentados, es conveniente realizar una planeación financiera de sus utilidades para que sean ellos mismos sus propios inversionistas. Pocas veces se reserva un capital financiero en la planeación para aplicarlo al mismo proyectos.

-En tu experiencia, ¿cuáles son los principales inconvenientes que están teniendo los emprendedores principiantes?

La falta de conocimiento sobre tendencias y oportunidades existentes, sumado a que históricamente hay una gran cantidad de emprendimientos que ocurren por imitación, es decir, copian ideas “con algunos cambios o mejoras”. También están los emprendimientos por necesidad, que surgen cuando las personas no encuentran empleo, viéndolo solo como algo pasajero.

Pero emprender es un reto de visión y estilo de vida, sobre todo, para aquellos que se hacen desde cero, ya que es diferente para los que heredan la empresa familiar. A veces, en ese sentido los inconvenientes van desde la falta de credibilidad hasta la resistencia al cambio ante una nueva generación. A propósito de ello, consideremos que la Generación Z, también conocida como posmilénica o centúrica, está por incorporarse al mercado laboral y, por ende, al mundo del emprendimiento, con su propia cosmovisión, donde el eje de la sustentabilidad (social - ecológica - económica) serán parte de los temas clave para atender cómo potenciales soluciones y tendencias a inconvenientes del pasado.

- ¿De qué se trata la metodología que has usado para apoyar a los que emprenden? En tu experiencia, ¿qué cambios has visto en quienes emprenden?

Es una metodología basada en el aprendizaje vivencial, de "aprender haciendo”. Soy de la idea que a una persona no se le puede enseñar a andar en bicicleta leyendo un manual, hay que subirse y aprender con todo y las caídas. Es una metodología que parte de experiencias presentadas a manera de actividades o retos, donde los participantes se ven inmersos en un entorno para la toma de decisiones, para posteriormente obtener un resultado como consecuencia de esas decisiones. Finalmente, deben observar, descubrir y reflexionar sobre esos resultados, puntos de aprendizaje que son convertidos en cambios o mejoras a la toma decisiones en aras de obtener un mejor resultado en la gestión empresarial.

Son muchos los cambios que he visto y vivido en dos décadas de trabajo en el mundo del emprendimiento, partiendo porque en el pasado elaborar un plan de negocios era casi una tesis de titulación y hoy en día planteamos modelos de negocio elaborados en una página con la capacidad de ser puestos en práctica con inmediatez.

Desde luego que el avance de internet, particularmente las plataformas digitales, ha traído grandes cambios al respecto. Hemos construido una subcultura basada en “lo quiero ahora y lo quiero gratis”, por lo que hemos transformado radicalmente la forma de hacer negocios en los últimos 10 años. Por supuesto que me entusiasma la posibilidad de transformación empresarial que estamos comenzando a ver a partir de las industrias 4.0, por lo que estamos en el umbral de nuevos emprendimientos y cambio social a partir de la convivencia cotidiana con estas empresas emergentes.

Autores

Daniela Arce