La máquina espacial, creada por una colaboración entre la NASA, la ESA y Airbus pretende estudiar los flujos de llamas o vientos del Sol. El satélite cuenta con 10 sensores locales y remotos que se utilizarán para tomar fotografías, detectar espectros y recopilar datos sobre la estrella llameante.
La misión espacial denominada como Solar Orbiter ha sido lanzada con éxito desde Cabo Cabañeral, con el objetivo de explorar detenidamente los vientos y formas del Sol en una iniciativa que formó parte de un trabajo conjunto entre la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la fabricante de aeronaves, Airbus.
El objetivo del proyecto es estudiar a la estrella caliente para mejorar nuestro conocimiento sobre cómo se crea la heliosfera, la enorme burbuja que se forma y que rodea al sistema solar. El satélite cuenta con 10 sensores locales y remotos que se utilizarán para tomar fotografías, detectar espectros y recopilar datos sobre las partículas solares, el viento solar, las erupciones solares y el campo magnético del Sol.
De acuerdo con Ian Walters, jefe del programa Solar Orbiter en Airbus, “el lanzamiento de hoy supone un gran éxito para todos los equipos de Europa y Norteamérica que han hecho posible esta misión. Ahora, esperamos con interés conocer los apasionantes descubrimientos que realizará Solar Orbiter cuando se encuentre directamente frente al Sol”.
Solar Orbiter llevará a cabo maniobras de asistencia gravitatoria alrededor de Venus para conseguir su órbita elíptica operativa, que lo acercará a solo 42 millones de kilómetros del Sol, llegando a mirarlo directamente.
La máquina espacial, construida en el Reino Unido, se aproximará tanto al astro rey, que deberá soportar más de 500°C, una temperatura suficiente para fundir el plomo. Su exclusivo escudo térmico, que dispone de un recubrimiento especial que emite el calor absorbido denominado SolarBlack, protegerá a la sonda espacial del calor extremo que experimentará a una distancia tan próxima al Sol.
De acuerdo con la información de la misión, a bordo se encuentran diez instrumentos científicos, que suman 209 kilos de carga útil, para una misión que requirió más de US$1.500 millones para su realización.