Jeff Sutherland explica como esta metodología puede ayudar a transformar el funcionamiento de las compañías y su forma de crear, planificar y pensar
Eleconomista.com.mx. La pasión y el trabajo en equipo que se observa en el rugby es innegable: para muestra el scrum o melé, su formación simbólica, donde los ocho jugadores se pasan la pelota los unos a los otros mientras avanzan como una unidad en el campo.
La idea de trasladar la pasión deportiva a una oficina puede ser el anhelo de cualquier compañía, es por esto que Jeff Sutherland y Ken Scwaber, tras basarse en un escrito de los japoneses Hirotaka Takeuchi e Ikujiro Nonaka, crean la metodología Scrum, que aseguran “puede ayudar a transformar el funcionamiento de las compañías y su forma de crear, planificar y pensar”.
En su libro homónimo al método, Jeff Sutherland menciona que éste se basa en comprobar cada determinado tiempo cómo va el proyecto planeado, si apunta a la dirección correcta o si es lo que la gente realmente quiere y necesita. Cuestionarse acerca de si existen maneras diferentes de mejorarlo y lo que impide que esto suceda, es el primer paso para adoptar la metodología.
“Lo que el Scrum quiere evitar es que acabes haciendo algo que nadie quiere en realidad, que prometas cosas que no puedes cumplir o que construyas lo que puedes vender pero sin entusiasmarte (…) no acabes trabajando duro para construir algo mediocre”, dice Jeff Sutherland.