El Colegio Nacional de Farmacéuticos está de acuerdo en que se importen productos terminados que usen como activo el cannabis, no lo están en que se cultive en el país la planta.
Una propuesta de ley impulsada por el diputado oficialista Crispiano Adames para el uso del cannabis con fines medicinales mantiene una intensa polémica en Panamá, atizada por organizaciones que consideran el tratamiento una necesidad para aliviar a pacientes de enfermedades como el cáncer, y por otras que ven riesgo a la salud con el proyecto.
El tema fue ventilado este martes por expertos en un encuentro sobre "el uso del Cannabbis marihuana) medicinal", abierto en un hospital de la capital panameña, y como parte de varias actividades organizadas esta semana por el Colegio Nacional de Farmacéuticos de Panamá.
La presidenta del Colegio Nacional de Farmacéuticos, Ligia Álvarez, explicó a Xinhua que si bien la asociación está de acuerdo en que se importen productos terminados que usen como activo el cannabis, no lo están en que se cultive en el país la planta del cual se extrae.
Dijo que saben que hay algunos estudios científicos que avalan la efectividad del cannabis frente a múltiples patologías, pero que los mismos no cuentan con la rigurosidad científica de los ensayos clínicos que se utilizan para saber realmente si una sustancia tiene el efecto que se requiere, y sobre todo en cuanto a la seguridad del paciente.
Advirtió que existe el riesgo que al autorizar una sustancia que ha estado prohibida se envíe una especie de mensaje a los adolescentes y que pueda generar la idea de que "el consumo del producto
-en general- no es malo".
Insistió en que se podría al hacer una legalización estar incentivando entonces a que los adolescentes consuman marihuana, y que esa es la preocupación principalmente.
La presidenta del Colegio Nacional de subrayó que el problema es que las regulaciones y controles en Panamá no son tan estrictos, y que podría ocurrir que esos cultivos fueran desviados hacia otros fines que no son los medicinales, o al consumo ilícito de la planta.
Agregó que saben que hay muchos intereses comerciales que son los que están impulsando el proyecto.
La presidenta del Colegio Nacional de Farmacéuticos recordó que la iniciativa de ley había llegado a segundo debate en la Asamblea Nacional de Diputados, con cierto consenso inclusive del ministerio de Salud y de algunas asociaciones de profesionales, como la que dirige, pero que fue retirado en octubre de 2018 y devuelto a la comisión legislativa de trabajo, salud y desarrollo.
Según Álvarez, esto ocurrió a pedido de Adames y del también diputado Carlos Afú, para hacer consultas.
Explicó que el proyecto era de nueve artículos, pero que con las reuniones de este año pasó a ser de 39 artículos, en donde fue introducido el tema de la producción o del cultivo de cannabis, lo que enfatizó era en un principio a lo que se oponían.
Consideró que pareciera que con esta propuesta hay más un interés económico que una preocupación por la salud.
Álvarez señaló además que falta interés en las autoridades en Panamá en incentivar la investigación sobre enfermedades crónicas como la diabetes y la hpertensión, y que están entre las principales causas de mortalidad por enfermedad de los panameños.
"El número de pacientes que se vería beneficiado con esta legislación es menor en comparación con la gran población (en Panamá) -cerca de cuatro millones de habitantes-", sostuvo la especialista en el tema, para quien lo que se quiere es cultivar el cannabis en Panamá y exportarlo, o ver al país como una parcela.
Luis Ferrari, profesor de toxicología en la Universidad Nacional de la Plata y de la Universidad de Morón -en Argentina-, y uno de los expositores en la reunión, dijo a Xinhua que hay estudios sobre el uso del cannabis en dos tipos de de epilepsia graves, o respecto del uso del cannabidiol, pero que no se sabe el efecto respecto a otro tipo de compuestos.
El cannabidiol es uno de los 113 cannabinoides identificados en las plantas de cannabis y representa hasta el 40 por ciento del extracto de la planta, según los expertos.
Reconoció que hay dudas también respecto a los cambios y diferencias de concentración de compuestos que hay entre una planta y otra.
"Puede haber una industria con fin de hacer investigaciones (la relacionada con el cannabis), pero no estoy de acuerdo que se lance como medicamento una sustancia, cuando no se conoce bien cómo funciona, o cómo purificar el producto, ante la posibilidad que tenga pesticidas u otros componentes que puedan hacer daño". Sostuvo Ferrari.
Aseguró que hay además dudas sobre la concentración en el aceite de Cannabis, y advirtió que hay que seguir a la ciencia, que no puede estar detrás de las leyes sino adelante.
La doctora Sandra Carrillo, especialista en cannabis medicinal, consideró por su parte importante empezar de nuevo un análisis sobre el proyecto de ley relativo al empleo del cannabis con fines medicinales.
Estimó que es necesario que haya una legislación en la materia, porque en Panamá hay muchos pacientes que sufren de cáncer, de dolor crónico, o con epilepsia resistente, y cuyo tratamiento con la cannabis medicinal bien administrado, de manera responsable y con un producto con buenos estándares de laboratorio, podría ser de utilidad.
Reconoció que no hay una encuesta sobre el número de pacientes que podrían necesitar del tratamiento, pero aseguró que el porcentaje de pacientes del que se habla es bastante alto, porque tienen poblaciones altas de pacientes con epilepsia refractaria y poblaciones altas de pacientes que sufren de cáncer o de náuseas, y que se beneficiarían en el caso de manejo de dolor paliativo.
Consideró difícil opinar sobre si es conveniente el cultivo de cannabis en Panamá, y teniendo en cuenta que es necesario mirar que se cumpla con los estándares de calidad, y con buenas prácticas de laboratorio y con buenas prácticas de agricultura, lo cual subrayó que deben mirar las autoridades de salud si es posible o no hacerlo.
Ismael Díaz, presidente del comité organizador del XVIII Congreso de Ciencias Farmacéuticas, del Colegio Nacional de Farmacéuticos de Panamá, que se efectúa también esta esta semana, reconoció que se necesita aún de más información sobre el tema del empleo medicinal del cannabis, y basada en estudios clínicos.
Se hizo una consulta en busca de una opinión sobre el tema de Adames, pero que estaba pendiente de respuesta.