Dos cajas del amplio acervo del escritor que forma parte de la Universidad de Princeton se abren este jueves. El propio Fuentes estipuló que esos archivos fueran conocidos sólo a dos años de su muerte. Entre los documentos se encuentran las cartas que por décadas se escribió con Octavio Paz.
Manuscritos originales de algunas de sus novelas, cuadernos de apuntes, cartas que envió y recibió de sus amigos, dibujos y caricaturas que evidenciaban su permanente buen humor, fotografías, discos, películas que le fascinaban y hasta papeles contables del escritor mexicano Carlos Fuentes (1928-2012) forman parte del archivo que este jueves se abre en la Universidad de Princeton, casa de estudios que adquirió el acervo del premiado literato.
Ubicados en 61 metros lineales de estantes resguardados en una bóveda especial, los pequeños compartimentos color beige representan un tesoro cultural para los investigadores. Este jueves se abren dos cajas (las número 305 y 306) que el propio escritor pidió que se conocieran a dos años de su muerte, ocurrida el año 2012.
Los gustos, las ideas y la obra de Fuentes parecen estallar de las 177 cajas “repletas de documentos” que resguarda la Universidad de Princeton. Los pequeños compartimentos color beige representan un tesoro cultural para los investigadores.
Adquirido por la casa de estudios estadunidense en 1995, el archivo personal de uno de los intelectuales más importantes del siglo XX mexicano, cuyos documentos van de 1950 a 2012, “está entre los más destacados y consultados en la División de Manuscritos y es también uno de los más extensos”, afirma el investigador Fernando Acosta-Rodríguez.
El bibliotecario para Estudios Latinoamericanos de la Biblioteca Firestone de la Universidad de Princeton detalla en entrevista con Excélsior que Carlos Fuentes’ Papers es uno de los acervos más vitales de entre los 70 que la universidad ha adquirido desde 1974, hecho que la coloca a la vanguardia en el estudio y la preservación de la obra de escritores latinoamericanos.
Una de las joyas de la colección Fuentes, explica el estudioso, es el manuscrito original de su novela "La muerte de Artemio Cruz". Y otras se podrán descubrir a partir de este día.
Sin una ceremonia pública y sin la presencia de la periodista Silvia Lemus, viuda de Fuentes, las cajas que se abren debieran contener correspondencia que el novelista sostuvo con los escritores Octavio Paz, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Guillermo Cabrera Infante, José Donoso, Philip Roth, Hélène Cixous, Roberto Fernández Retamar, Norman Mailer, María Ramírez y Jean Seberg.
Entre estos cientos de misivas, cuyo número exacto se desconoce, destacan las cartas sostenidas a lo largo de tres décadas (60, 70 y 80) con el poeta Octavio Paz, Nobel de Literatura, a quien lo unió una amistad casi fraternal que se vio truncada en 1988, hecho que ha generado gran expectación.
“Hasta donde tengo entendido, el autor no ofreció razones por las cuales decidió sellar las cajas. Sólo hizo la solicitud y ésta fue respetada según sus deseos”, agrega Acosta-Rodríguez.
La ayuda de José Donoso
Sobre el gran interés que despierta el archivo del también ensayista y cuentista, el estudioso piensa que se debe a que fue “un gran escritor que recibió amplio reconocimiento internacional, y porque su obra continúa fascinando a estudiantes e investigadores". El experto ratifica que los papeles se encuentran en excelentes condiciones y que no ha sido necesaria restauración.
Aclara que no han publicado libros sobre ninguno de los acervos. “La biblioteca enfoca sus recursos en la preservación de las colecciones y en facilitar su consulta de manera segura y responsable. La Universidad de Princeton comenzó a formar su colección de documentos de escritores latinoamericanos en 1974, con la adquisición de algunos de los manuscritos y correspondencia del chileno José Donoso (1924-1996).
“Pero empieza a tener dirección y a ganar densidad a partir de los años 80, gracias a la visión y a los esfuerzos de Peter T. Johnson, el entonces bibliotecario encargado de las colecciones latinoamericanas”, asegura Fernando Acosta-Rodríguez.
Dice que Donoso fue clave en los primeros años de integración de las colecciones, pues ofreció contactos y recomendaciones que luego resultaron en importantes adquisiciones.
“Las gestiones para adquirir los archivos personales de escritores latinoamericanos continuaron desde entonces sin interrupción. Y hoy no existe en ningún otro lugar un acervo que se le compare en extensión o en la cantidad de escritores representados. La colección es, sin duda alguna, uno de los grandes tesoros del Departamento de Libros Raros y Colecciones Especiales de la Biblioteca de la Universidad de Princeton”, añade.
Por esta razón, el investigador se resiste a nombrar documentos que puedan considerarse como las “joyas” más destacadas y hasta a pensarlos en esos términos, pues su valor, aclara, siempre depende de la mirada del estudioso.
Una amistad truncada
En la literatura mexicana, la obra de Octavio Paz (1914-1998) y la de Carlos Fuentes (1928-2012) entablaron un diálogo apasionante, producto de una larga amistad que los enriquecía y los retroalimentaba.
La relación de los dos grandes de las letras mexicanas del siglo XX dio sus primeros frutos en 1955, cuando fundaron la "Revista Mexicana de Literatura". La poeta Malva Flores los describe en una fiesta que dio Fuentes en su casa de Londres el último día de 1967, en la que estuvieron presentes también Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.
Paz y Fuentes compartieron no sólo su pasión por las revistas literarias, juntos idearon "Plural", que Paz dirigió en "Excélsior" de 1971 a 1976, sino también su lucha contra el autoritarismo y su amor por la verdad.
Se vieron en Londres, en París, en las universidades de Estados Unidos y en Barcelona, cuando Paz, tras renunciar en 1968 a su puesto como embajador de México en India, en protesta por la represión del movimiento estudiantil mexicano, llegó en barco y su amigo lo esperaba en el muelle, junto con García Márquez y Carlos Barral.
Por eso, la ruptura de esta amistad en 1988, a raíz de una crítica a Fuentes publicada por el historiador Enrique Krauze en la revista "Vuelta" que dirigía Paz, fue y sigue siendo lamentada por los amigos de ambos.
Las cartas cruzadas entre los dos amigos durante tres décadas, que ahora se abren en la Universidad de Princeton, echarán luz sobre esta relación única.