En este tipo de entornos se debe privilegiar la acción sobre el análisis.
¿Quién iba a pensar que plataformas como Netflix o Airbnb harían que otras industrias se replantearan su forma de operar? Han pasado algunos años desde la fundación de estas empresas, pero no son las únicas ni lo serán. Con el paso del tiempo van surgiendo cada vez más compañías que con sus modelos de negocios complican el panorama de otras viejas empresas. Es en estas últimas donde se intensifica la necesidad de tener líderes visionarios y orientados a la acción.
A diferencia del riesgo, la incertidumbre no se puede calcular y se manifiesta generalmente en mercados desconocidos, clientes no identificados, productos no verificados, tecnologías que no se han probado, modelos de negocios nuevos y competidos no familiares o comunes. Todo esto requiere de profesionales que acepten el cambio y sepan moverse en entornos de alta incertidumbre, pero, sobre todo, se necesita de líderes con ciertas características.
Ramiro Caso, director de Marketing y Comunicaciones de Educación Ejecutiva en INCAE, dice que los líderes deben ser personas que privilegian la acción sobre el análisis. Lo que no quiere decir que no se apoyen en el análisis, sino que no esperan tener todos los datos para tomar una decisión.
Lo que necesita es un líder emprendedor, es decir, “aquél que experimenta, desarrolla prototipos, inicia múltiples pequeños experimentos para poner a prueba concepto y se echa al agua. Por lo que, son personas ágiles, que aprenden rápidamente y que fracasan temprano y a bajo costo. Y, sobre todo, son personas que se cuestionan constantemente cómo mejorar la oferta de su empresa, independientemente de la industria a la que pertenezca”.
Este liderazgo es fundamental, considerando lo que se está experimentado y se avecina. Es cuestión de observar la digitilización a la que se enfrentan las empresas, y que trae grandes disrupciones. Para Caso, "todo lo que sea susceptible de transformarse en 0 y 1, es decir, digitalizarse, enfrentará cambios sustanciales. Un ejemplo es la industria hotelera, que hoy lucha contra empresas como Airbnb. Lo mismo el transporte, la banca, el retail. Posiblemente existan pocas industrias que no estén a las puertas de grandes transformaciones”.
Pero, ¿los directivos están preparados para gestionar el cambio? Caso dice que desafortunadamente no todas las organizaciones están preparadas para hacer frente a estas complejidades. "Aquellas que crean que sus modelos de negocio son estables, que poco está cambiando en su entorno, se ponen en una situación de vulnerabilidad enorme. Actualmente, las empresas necesitan líderes que sepan navegar la incertidumbre, que promuevan innovaciones radicales y que sean generadores de valor", dice.
A esto se suma, agrega el académico de INCAE, que la vida de las empresas está reduciéndose. "En el pasado, las grandes empresas tenían una vida promedio de 60 años, hoy es apenas 2 de 20 años. Sin líderes que sean capaces de moverse en entornos desconocidos y que impulsen grandes procesos de innovación, el fracaso es casi garantizado", explica.
A gestionar se aprende
La gestión de la incertidumbre se puede aprender y no sólo deben dominarla altos directivos o gerentes, sino que también todos los colaboradores. Caso dice que “es importante recalcar que hay que enseñar a gestionar los cambios en las organizaciones, a promover una cultura de confianza que permita experimentar y proponer ideas nuevas”.
A eso se suma que se debe aprender sobre las nuevas tecnologías, atreverse a entrar y conocer los nuevos ecosistemas de innovación, desarrollar nuevas competencias.
Finalmente, el director de Marketing y Comunicaciones de Educación Ejecutiva cierra con que “en INCAE enseñamos metodologías como Design Thinking, por ejemplo, creadas justamente para darle a los empresarios una metodología que fomente el pensamiento creativo y la creación de procesos de innovación”.
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