Así lo informaron las autoridades de salud de Inglaterra. Sin embargo, al parecer hay otros dos casos similares en Australia. La resistencia de las bacterias a los antibióticos empieza a ser una realidad palpable.
“Nos complace informar que el caso de la gonorrea resistente a varios medicamentos ha sido finalmente curado”. Con esas palabras, dichas a la cadena inglesa BBC, Gwenda Hughes, responsable de las enfermedades de transmisión sexual del sistema de Salud Pública de Inglaterra, anunció que el paciente que había contraído la bacteria Neisseria gonorrhoeae más resistente hasta el momento, por fin había sido curado.
Luego de que los dos antibióticos usados en estos casos (azitromicina y ceftriaxona) no funcionaran para vencer esta bacteria resistente, los médicos lograron hallar una solución. Tras hacer un análisis detallado, encontraron que aún había un antibiótico que podía servir para curar la infección: el ertapenem.
Las palabras que usaron los doctores para fueron sencillas: el paciente “tuvo mucha suerte. Debe servir como un llamado de atención para todos”.
Aunque las autoridades pensaban que era el único caso con “supergonorrea”, como la llamaron algunos, al parecer hay otras dos personas con un problema similar en Australia. Una de ellas, como sucedió con el inglés, también tuvo relaciones sexuales en el Sudeste Asiático. El otro no había abandonado el país.
Más allá de particularidad de la noticia, este hecho deja un par de enseñanzas contundentes. La primera es que cada vez se hace palpable un problema que en varias ocasiones ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS): la resistencia a los antibióticos.
“Están apareciendo nuevos mecanismos de resistencia que se propagan a nivel mundial y ponen en peligro nuestra capacidad para tratar enfermedades infecciosas comunes, con el consiguiente aumento de la discapacidad y las muertes, y la prolongación de la enfermedad. Sin antimicrobianos eficaces para prevenir y tratar las infecciones, intervenciones como el trasplante de órganos, la quimioterapia del cáncer, el tratamiento de la diabetes o la cirugía mayor (por ejemplo, las cesáreas o las prótesis de cadera) se convertirán en procedimientos de muy alto riesgo”, se lee en su página web.
De hecho, como lo reitera OMS, la Neisseria gonorrhoeae no es la única bacteria que ha adquirido resistencia a los antibióticos comúnmente utilizados. También se han registrado casos con la Klebsiella pneumoniae (una bacteria intestinal común que puede causar infecciones potencialmente mortales) y con la Escherichia coli. Enfermedades como la tuberculosis ya tienen un registro alarmante: el 20% de los casos tratados hasta 2014 fueron multirresistentes.
También, dice el organismo, en “al menos 10 países (Australia, Austria, Canadá, Eslovenia, Francia, Japón, Noruega, Sudáfrica, Suecia y Reino Unido) se han confirmado casos en los que ha fracasado el tratamiento de la gonorrea con el último recurso frente a esta enfermedad: las cefalosporinas de tercera generación”.
La segunda enseñanza que deja el caso más grave de la gonorrea en la historia, como fue calificado por la misma OMS, es obvio: es indispensable el uso del condón a la hora de tener relaciones sexuales.