Desde enero de 2017, los trabajadores franceses tendrán derecho a la desconexión digital con su empresa una vez que la jornada laboral finalice.
En el mundo laboral de hoy es impensable trabajar “desconectados”. Y es que indiscutiblemente el uso de mensajería digital, sea email, whatsapp u otras plataformas virtuales, han revolucionado la forma de conectarnos y de realizar nuestra diaria rutina.
En esta línea, la rapidez, instantaneidad, ahorro de insumos, la posibilidad de llegar a múltiples destinatarios y guardar los respaldos, entre otros, dan al correo electrónico, sin duda, un lugar de privilegio como medio de comunicación en el trabajo. Sin embargo, también está el lado B de esta herramienta, ya que hoy su amplia accesibilidad potenciada a través de teléfonos u otros aparatos conectados a Internet, ha hecho que se haya desdibujado la frontera entre la vida laboral y la personal.
Algo que explica las múltiples iniciativas que han surgido alrededor del mundo, como la que acaba de comenzar a regir en Francia. Así, desde enero de 2017, los trabajadores franceses tendrán derecho a la desconexión digital con su empresa una vez que la jornada laboral finalice. Éste es uno de los principales alcances de la reforma laboral implementada el año pasado y que en concreto plantea “las modalidades del pleno ejercicio por el trabajador de su derecho a la desconexión y la puesta en marcha por la empresa de dispositivos de regulación de la utilización de los dispositivos digitales, a fin de asegurar el respeto del tiempo de descanso y de vacaciones, así como de su vida personal y familiar”.
“Una iniciativa como esta, se puede entender desde la mirada de una sociedad estresada por las exigencias de la vida en general y el aspecto laboral en particular. Si uno le atribuye al trabajo y a sus demandas gran parte del estrés que vive la sociedad hoy, podría tener lógica reflexionar sobre iniciativas que ayuden a reducir este estrés”, comenta Luis Yáñez, docente de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad del Pacífico.
Sin embargo, Yáñez, quien es Magíster en Gestión y Administración de Empresas, agrega que este "derecho a desconectarse" bien podría alcanzarse sin la necesidad de promulgar una ley.
“Contar con límites consensuados y socializados en toda interacción personal es fundamental y no debiera ser distinto en al ámbito laboral. Los más lógico sería que cada individuo negocie estos límites con su empleador, según su propia realidad”, afirma el experto.
¿Podría ser posible esto en Chile?
Frecuentes estudios corroboran que Chile es uno de los países más trabajólicos. Así lo confirman datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Encuesta Laboral (Encla) 2014. Por lo tanto, pensar en sumarse a ideas semejantes a la de Francia podría tener algunos beneficios.
Con todo, el profesor de la Universidad del Pacífico, Luis Yáñez, considera que en la práctica no es fácil visualizar su aplicación en nuestro país y plantea que quizás los avances en esta materia debieran encaminarse hacia otros focos. “Deberíamos pensar en iniciativas que mejoren el entorno laboral desde lo positivo, de modo que la motivación y compromiso sean tales, que no sea necesario contactarse fuera de los horarios convenidos. Mientras, sería muy positivo y más realista trabajar en acciones que ayuden a mejorar la calidad de vida y a reducir el estrés actual de la sociedad, ya sea producto del trabajo o de otros ámbitos”, comenta.
El especialista acota que no hay que olvidar que la responsabilidad del uso y abuso de los dispositivos inteligentes es personal. “Muchas veces la urgencia por responder está más radicada en el receptor que en quien inicia la interacción. Por ese lado, una iniciativa de este tipo buscaría poner límites que habitualmente debieran ser definidos por la persona más que por ley, sobre todo en tiempos donde la flexibilidad laboral está en expansión”, precisa.
No obstante, al académico le parece extraordinariamente relevante que este tipo de discusiones se esté dando. “Más allá de la iniciativa, es muy rescatable la conversación que se produce en torno a un tema tan importante hoy como es la hiperconectividad y cómo ha cobrado valor el "ahora", donde surge esa necesidad de enviar o responder mails u otro tipo de mensajería instantánea en el más breve plazo posible. Sin duda, la conectividad permanente y el fácil acceso a dispositivos inteligentes está influyendo directamente en la vida cotidiana de los individuos, pero normar estos cambios no debiera ser la única salida”, concluye el docente de la Universidad del Pacífico.