"Habrán entre 100.000 y 200.000 muertos en total, aunque nunca sabremos la cifra exacta", anticipó el ministro del Interior del país. Mientras que la tensión aumenta, a la par que comienzan a escasear el agua y los alimentos.
Puerto Príncipe. La tensión aumentaba entre los haitianos desesperados, que requieren de la ayuda internacional en agua y alimentos, los que comienza a escasear tres días después de un terremoto que autoridades de la isla estiman que podría haber matado a 200.000 personas.
El golpeado gobierno de Haití entregó a Estados Unidos el control de su principal aeropuerto para ordenar los vuelos de ayuda de todo el mundo y distribuir los suministros en la empobrecida nación caribeña.
Camiones cargados con cadáveres han estado transportando los cuerpos a fosas comunes excavadas con rapidez en las afueras de la ciudad, pero se cree que miles de muertos aún están sepultados bajo los escombros.
"Ya hemos recogido alrededor de 50.000 cadáveres y anticipamos que habrán entre 100.000 y 200.000 muertos en total, aunque nunca sabremos la cifra exacta", dijo a Reuters el ministro del Interior, Paul Antoine Bien-Aime.
El secretario de Estado de seguridad pública, Aramick Louis, dijo más temprano que ya habían sido sepultados unos 40.000 cadáveres en fosas comunes.
Si las cifras se confirman, el terremoto de magnitud 7,0 que azotó a la empobrecida nación caribeña el martes sería uno de los 10 más letales de los que se tenga memoria en el mundo.
El ministro de Salud haitiano, Alex Larsen, dijo a Reuters que tres cuartos de Puerto Príncipe deberán ser reconstruidos.
Tres días después del sismo, pandillas comenzaron a atacar a los sobrevivientes que viven en las calles en campamentos de toldos improvisados con sábanas y palos, entre escombros y cadáveres en descomposición, mientras réplicas del temblor continuaban sacudiendo Puerto Príncipe.
Las autoridades reportaron algunos saqueos y creciente molestia entre los sobrevivientes, desesperados por la demora en la entrega de ayuda que podría salvar la vida de muchos. En tanto, Estados Unidos y otros países se apresuran para entregar comida, agua, suministros médicos a través de un aeropuerto repleto, un puerto destruido y caminos cubiertos de escombros.
Luchando por comida. Residentes hambrientos luchaban entre sí por bolsas de alimento entregadas por los camiones de Naciones Unidas en el centro de Puerto Príncipe.
Un funcionario de alto rango de la ONU advirtió que el hambre fomentará problemas si la ayuda no llega pronto, aunque la situación de la ley y el orden sigue bajo control "por el momento".
"Ha habido algunos incidentes en los que la gente estaba saqueando o peleando por comida. Ellos están desesperados, han estado tres días sin alimentos ni ayuda", dijo el subsecretario general de Naciones Unidas para las fuerzas de paz, Alain Le Roy al programa "The PBS NewsHour".
"Tenemos que asegurarnos de que la situación no empeore, pero para eso necesitamos mucho asegurar que la ayuda viene lo más rápido posible, para que la gente que está muriendo por alimentos y medicinas los reciba lo antes posible", agregó.
La misión de Naciones Unidas responsable por la seguridad en Haití perdió al menos 36 de sus 9.000 miembros cuando su sede central se derrumbó. Sus dos máximos funcionarios no han sido hallados.
El debilitado Gobierno haitiano no está en mejor posición para manejar la crisis. El sismo destruyó el palacio presidencial, cortó las comunicaciones y la energía.
El presidente René Preval y el primer ministro Jean-Max Bellerive están viviendo y trabajando en el cuartel general de la policía judicial. "No tengo casa, no tengo teléfono. Este es mi palacio ahora", dijo el presidente a Reuters en una entrevista."Tenemos que asegurarnos de que haya gasolina disponible (...) para los camiones que recogen los cadáveres. Los hospitales están llenos, ellos están abrumados", agregó.
Promesa de Estados Unidos. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien prometió un paquete de ayuda inicial de US$100 millones, prometió que su país hará lo que sea necesario para salvar vidas y poner a Haití nuevamente de pie. "La escala de la devastación es extraordinaria (...) y las pérdidas son desgarradoras", dijo en la Casa Blanca.
Obama dijo que Estados Unidos, Brasil, México, Canadá, Francia, Colombia, Rusia, Japón, el Reino Unido y otros países lograron llevar personal de rescate y logística, además de suministros. Mientras parte de la ayuda está llegando, la Casa Blanca espera que la logística mejorada hará más efectivo el esfuerzo.
La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, deberá visitar el país el sábado para reunirse con Preval en el aeropuerto. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, volará a Haití el domingo.
Aviones y barcos llegaron con equipos de rescate, perros de búsqueda, tiendas de campaña, unidades de purificación de agua, comida, médicos y equipos de telecomunicaciones, pero enfrentan un cuello de botella en el pequeño aeropuerto.
El control del tráfico aéreo, complicado por los graves daños que sufrió la torre del aeropuerto, ahora será controlado por el Ejército de Estados Unidos con el respaldo de un portavoz nuclear.
El USS Carl Vinson, con 19 helicópteros, llegó a Haití el viernes, abriendo un segundo canal significativo para entregar la ayudo. Los helicópteros de la Armada han comenzado a sacar agua de desde las costas y transportar a los heridos al hospital de campaña cerca del aeropuerto.
El Ejército de Estados Unidos busca tener unos 1.000 soldados en terreno en Haití el viernes y miles más en buques en las costas. El total llegará a 9.000 ó 10.000 antes del lunes.