La Unión Europea llegó a un acuerdo para liberar el espacio aéreo cerrado por la erupción de un volcán islandés, por lo que este martes se realizarán más vuelos que en los días anteriores.
Amsterdam. Autoridades de aviación de Europa tenían previsto reanudar este martes los vuelos de buena parte del continente, luego que la Unión Europea lograra un acuerdo para liberar el espacio aéreo cerrado por una nube de ceniza volcánica generada en Islandia.
Sin embargo, con la nube aún en propagación y sólo detalles generales sobre cómo dividirían las autoridades el espacio aéreo apto para volar, otros países están adoptando un enfoque mucho más precavido.
"A partir de mañana (martes), deberíamos ver más aviones volando", dijo el comisario de Transporte de la Unión Europea, Siim Kallas, tras una teleconferencia con ministros del área de los países miembros del bloque.
El acuerdo alivió a millones de pasajeros cuyos planes de viaje se vieron interrumpidos en todo el mundo desde el jueves y dio esperanza a las frustradas aerolíneas que pierden US$250 millones al día y han visto sus acciones caer.
"Estoy tan feliz", dijo un hombre entre lágrimas mientras corría para tomar su vuelo desde el aeropuerto de Schipol el lunes por la noche, uno de los tres que iban a Nueva York, Shanghái y Dubai desde Amsterdam con unos 800 pasajeros a bordo.
El ministro de Transporte holandés, Camiel Eurlings, prometió a los pasajeros que Holanda tomaría el liderazgo para que Europa empiece a trasladarse, pero dijo que el espacio aéreo de su país podría ser cerrado nuevamente si los niveles de ceniza volcánica se incrementan.
Pero la vecina Alemania mantendrá en su mayoría la zona de no vuelo hasta las 12.00 GMT y en Gran Bretaña, donde algunos de los aeropuertos en el norte que excluyen las terminales de Londres abrirán desde las 0600 GMT, funcionarios de tráfico aéreo lanzaron duras advertencias.
"La erupción del volcán en Islandia se ha intensificado y se está propagando una nueva nube de cenizas hacia el sur y este de Gran Bretaña", dijeron los Servicios Nacionales de Tráfico Aéreo.
La nube llegó hasta la costa este de Canadá este lunes, pero funcionarios de medioambiente dijeron que era difusa y se movía lentamente, por lo que no afectaría los aeropuertos del país.
Pérdidas de las aerolíneas. La Unión Europea alcanzó este lunes el acuerdo para suavizar las restricciones bajo la presión de las aerolíneas, que pierden US$250 millones l día con las cancelaciones. La cadena global de suministro de carga también comenzó a hundirse.
Bajo el pacto, que según Kallas entrará en vigor a las 06.00 GMT, la zona inmediatamente alrededor del volcán permanecerá cerrada.
Sin embargo, se permitirán los vuelos en una zona más amplia con una menor concentración de cenizas. La autorización estará sujeta a la evaluación de la seguridad local y de asesores científicos, informó la agencia de control aéreo de Europa, Eurocontrol, en un comunicado.
Las aerolíneas declararon numerosos vuelos sin daños por la nube de ceniza volcánica, pero los expertos están en desacuerdo sobre la forma en medir las cenizas y quién decidirá si es seguro volar. Un avión de British Airways perdió el poder de sus cuatro motores al volar por una nube de ceniza sobre el Océano Indico en 1982.
Francia dijo que abriría progresivamente sus aeropuertos y crearía un corredor hacia París para superar la crisis del transporte.
Eurocontrol dijo que esperaba que se hubieran realizado hasta 9.000 vuelos en el continente el lunes, apenas un tercio del volumen normal.
"El alcance del impacto económico (en la aviación) es ahora mayor que en el 11 de septiembre (del 2001), cuando el espacio aéreo de Estados Unidos estuvo cerrado durante tres días", dijo el presidente de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Giovanni Bisignani.
"Debemos alejarnos de este cierre global y hallar maneras de flexibilizar el espacio aéreo, paso a paso", agregó.
En todo el mundo, las pérdidas de aerolíneas de pasajeros y firmas de carga podría llegar a US$3.000 millones por la nube de cenizas, dijo a Reuters Insider Helane Becker, una analista de Jesup & Lamont Securities. Para las aerolíneas estadounidenses, estimó que el impacto fluctuaría entre US$400 y US$600 millones.