Si llega un punto en el día en el que no soportas el cansancio, puede que no tenga que ver con la hora a la que te acostaste la noche anterior.
Si bien la falta de sueño es una de las principales razones por las que muchos de nosotros nos sentimos exhaustos, en realidad hay varios otros factores, y algunos de ellos comienzan incluso antes de que salgas de tu casa.
Pero eso es algo bueno, ya que tienes el control total de estos hábitos matutinos. A continuación, te explicamos cómo superarlos para que te sientas alerta la mayor parte del día, consigna el sitio de salud, Health 24.
1. Pasas 20 minutos extra en la cama con tu teléfono
Por esta vez, tu teléfono no es el culpable, y sí lo es pasar más tiempo del necesario en la cama, tras despertarte.
“La cama está hecha para una cosa principal: dormir”, dice Raj Dasgupta, miembro de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño. “Si te quedas en la cama, entonces da a tu mente la sensación de que es hora de dormir y no de comenzar el día”.
Peor aún, dice, es si te vuelves a dormir. Si tus “sólo 10 minutos más” se convierten en una hora, entonces estás despertando de la fase REM de sueño en lugar de las etapas más livianas de sueño de las que te hubieras despertado fácilmente al salir de la cama la primera vez.
Despertar de ese sueño más profundo en realidad puede hacer que te sientas aún más cansado durante el día que alguien que duerme menos pero que se despierta de una etapa más liviana de sueño.
En pocas palabras: cuando te despiertes, levántate en seguida.
2. No te rehidratas
Hay una razón por la que te despiertas con mal aliento: deshidratación.
Mientras duermes, tu cuerpo continúa absorbiendo el agua que bebiste durante el día. Eso significa que estás (idealmente) alrededor de ocho horas sin reponer tu suministro de agua. Si no te rehidratas, tus niveles de energía disminuirán.
La investigación del Laboratorio de Rendimiento Humano de la Universidad de Connecticut muestra que incluso la deshidratación leve te hace sentir cansado e irritable.
Bebe antes, incluso, de salir por la puerta. Kate Zeratsky, RDN en la Clínica Mayo, sugiere 250 ml de líquido, ya sea café, agua o té.
3. Te duchas en la noche
Una ducha caliente puede relajar los músculos, eliminar el estrés y hasta ayudar a que te duermas. De hecho, según el médico Dasgupta, provoca todo lo contrario. Si bien puede parecer contradictorio tomar un baño para despertarse, funciona.
A medida que te hundes más profundamente en el sueño, la temperatura corporal central desciende a alrededor de 15° celsius. “Tomar una ducha de agua caliente por la noche es como hacer ejercicio de noche”, dice Dasgupta. “No es una buena idea porque aumenta la temperatura corporal central, por lo que lleva más tiempo refrescarse y dormir”.
Por otro lado, dice, tomar una ducha tibia por la mañana puede elevar la temperatura de tu cuerpo de las condiciones de sueño frío a cálido, lleno de energía y completamente despierto.
Dicho esto, los estudios preliminares sugieren que las duchas frías pueden mejorar el estado de ánimo en personas con depresión y la natación en invierno (para los valientes) puede reducir la fatiga.
4. Haces ejercicios después del trabajo
Es difícil arrastrarse fuera de la cama y ponerse la ropa deportiva, pero la caminata matutina, la carrera o el tiempo en el gimnasio te harán sentir más activo a medida que transcurra el día.
El ejercicio de cualquier tipo inunda tu cuerpo con endorfinas para sentirse bien mientras, al mismo tiempo, entrega oxígeno y nutrientes a tus tejidos, según la Clínica Mayo. Oxígeno extra para tus tejidos significa que tu corazón y pulmones funcionarán mejor y te darán más energía durante el día.
¿No tienes tiempo para un entrenamiento de una hora (o incluso de 20 minutos)? Una caminata rápida alrededor de la cuadra o 10 minutos de estiramiento pueden ayudarte a despertar.
5. Pasas demasiado tiempo sin salir
La luz azul te ayuda a despertarte porque disminuye los niveles de la hormona melatonina que induce el sueño. Y el mejor lugar para obtenerla es el sol.
Eso es porque el sol también emite vitamina D, que es crucial para mantener tus niveles de energía. La investigación muestra que las personas que tienen una deficiencia de vitamina D tienen más probabilidades de tener síndrome de fatiga crónica y la corrección de la deficiencia aumenta sus niveles de energía a la normalidad.
Si bien Zeratsky dice que salir al sol es mejor para un rápido aumento de energía, tomar un suplemento de vitamina D también te ayudará a sentirte más despierto en caso de que tengas poco de este nutriente.
No te dará un impulso instantáneo, pero sí te ayudará a regular los niveles de energía con el tiempo.
6. Tu radio está en la estación incorrecta
Si regularmente vas al gimnasio, lo más probable es que lleves algún dispositivo para escuchar música que te acelere el corazón y te ayude a progresar.
Prueba la misma técnica para controlar tus mañanas. La investigación afirma que la música de entre 120 y 145 beats por minuto es la mejor para motivarnos a correr más rápido o a levantarte de la cama.