Debido al aumento en el precio de las rentas y a los nuevos estándares de vida de la población más joven, es cada vez mayor el número de personas que deciden compartir departamento con roomies.

 

De acuerdo con un estudio realizado por Dada Room y Atlantia Search en diciembre de 2015, 6 de cada 10 jóvenes mexicanos comparten o han compartido departamento alguna vez en su vida.

 

El estudio arroja que 14% de los jóvenes entre 18 y 35 años comparten departamento con uno o más roomies, mientras que otro 45% ha vivido en algún momento de su vida con compañeros de piso.

 

Además, contrario a lo que se piensa, la mayoría de los roomies no son estudiantes, pues quien comparte departamento tiene en promedio 26 años, es soltero, y cuenta con una carrera universitaria y un empleo.

 

Entre otros hallazgos se encuentra que el principal motivo para compartir “depa” es el ahorro (65,7%), ya que hacerlo permite dividir la renta y servicios entre varios, seguido de vivir más cerca de la universidad o el trabajo (33,9%), para independizarse (25,5%) o para conocer nuevas personas (11,3%).

 

Y yo soy una de esas personas que entra en las estadísticas anteriores.

 

He experimentado por más de un año esta dinámica y, a continuación, te compartiré las lecciones más importantes que he aprendido en el terreno económico:

 

 

 

Si encuentras un departamento donde pagues el 30% de tus ingresos en renta y servicios, es un buen lugar, pero si encuentras uno por el que pagues mucho menos que esa cantidad, ¡no lo dejes ir! Eso sí: para que valga la pena, tienes que considerar varios factores, como los que enlistaré en los siguientes puntos:

 

 

De nada sirve que rentes departamento si gastarás mucho en transporte o gasolina o si no tendrás calidad de vida por estar lejos de nuevo hogar.

 

Tip: Si quieres vivir en un lugar céntrico sin pagar una renta muy alta, necesitas ampliar tu búsqueda para encontrar una zona que ofrezca una buena relación entre precio y calidad de vida. La clave está en dos palabras: paciencia y buscar.

 

 

Esto es muy importante, pues además de llevarse bien y tener la oportunidad de conocer personas que sumarán a tu vida, tener roomies adecuados (es decir, responsables) será el camino para que no pierdas dinero en comida que desaparece, en cambiar la alfombra que echaron a perder en la última fiesta o en tener que prestar dinero (que nunca volverá) a ese roomie que no tiene un trabajo fijo.

 

Tip: Mejor si antes de vivir juntos todos se sientan a platicar sobre lo que tú esperas de ellos y ellos de ti.

 

 

En las finanzas personales el presupuesto es básico y más aún cuando comienzas a independizarte. No lo eches en saco roto. Arma un presupuesto para cubrir tus gastos personales y hacer otros pagos del departamento como el depósito, la mudanza, los muebles y los servicios de luz, agua e internet, entre otros.

 

Tip: Yo divido la renta y el gasto promedio en servicios en dos y elimino esa cantidad de mi cuenta en dos quincenas. Así se siente mucho menos pesado. La clave es que ya no cuentes (mentalmente) con ese dinero.

 

 

 

En este aspecto se te puede ir mucho dinero si no sabes administrar tus recursos.

 

Compra sólo lo que vas a comer y si casi no estás en casa es mejor que no compres alimentos perecederos o sólo lo hagas cuando estés seguro de que los puedes consumir, de otra manera puedes terminar tirándolos y es una de las peores formas de gastar tu dinero.

 

Vivir con roomies responsables y respetuosos es una gran ayuda, pues no abrirás el refrigerador o la despensa y te encontrarás con la sorpresa de que tu comida (o parte de ella) se ha ido, así que, de nuevo: elige bien.

 

 

La idea de vivir con roomies es compartir y no pagar de más o vivir en una zona donde tú solo tal vez no podrías por los costos; así que al compartir, dividir y planear gastos aprenderás a ser un mejor administrador de tu dinero, pero eso no sólo implica lo tuyo, sino lo que está en ese departamento. Cuida los muebles y los aparatos, porque reponerlos, sin duda, generará un costo extra que podría ser evitado.

 

Ahora sí, a vivir la vida de forma independiente.

Laura Vela/ Dinero en Imagen