Adquirir un producto significa desembolsar de tu ingreso y no siempre es por algo que realmente necesitemos.
Antes de que te dejes llevar por la emoción de la oferta o por el tipo de producto que acabas de encontrar, es importante que reflexiones antes de comprar.
Adquirir algún producto significa desembolsar de tu ingreso, y no siempre es por algo que realmente necesitamos. En algunos casos, este gasto se realiza a meses porque es una cantidad con la que no contamos en ese momento. Lo convertimos en una deuda y es un compromiso.
A continuación, presentamos algunas preguntas que debes hacerte antes de hacer un gasto.
Si respondes que Sí a más de cuatro, entonces es una compra que vale la pena. De lo contrario, vuelve a pensarlo (tienes que responder honestamente).
1. ¿Lo necesitas para vivir o sirve para generar ingresos?
Salvo que sea algo indispensable como ropa para el trabajo, o una computadora para hacer freelance, lo demás ya es un gasto hormiga.
2. ¿Es el mejor precio que puedes conseguir sin sacrificar calidad?
Muchas veces nos dejamos llevar por la marca que conocemos, pero hay otras que ofrecen lo mismo y a menor precio.
3. ¿Este gasto te va a hacer feliz?
Tiene que ser algo que realmente vas a disfrutar y aprovechar por mucho tiempo.
4. ¿Presupuestaste este gasto y ahorraste para ello?
La mejor forma de darte un gusto es incluirlo en tus gastos de la semana o del mes, y que no te lleve a endeudarte.
5. ¿La compra está a tu alcance y no te llevará a los extremos?
Comprar a crédito por una cantidad considerable y que tus pagos salgan justos no es buena idea. En teoría alcanza, pero si se presenta una emergencia no podrás afrontarla.
6. ¿Es una prioridad?
Este gasto debe ser tan significativo que debe estar por delante de otras cosas importantes, de lo contrario, puede esperar.