La dinámica sentimental tiene sus recovecos complejos, en los cuales se juega la trascendencia de las relaciones.  Quienes estudian el tema señalan que a medida que avanzan los años, la tolerancia a solucionar los problemas al interior de las parejas es cada vez menor en cuanto a tiempo.

 

Es decir, actualmente las problemáticas no se extienden ni se esconden como en el pasado, sino que saltan rápidamente a la palestra y comienzan a hacer ruido en la relación. 

 

Si bien aún se mantienen ciertos moldes en que las mujeres soportan esquemas de insatisfacción, cada vez se hace más patente que ellas están haciendo ver a sus parejas con mayor seguridad las falencias que notan en la vida cotidiana y la forma en que van mermando la vida al interior de la pareja.

 

Existe consenso en los terapeutas en cuanto a las razones generales por las que una relación puede terminarse. En los últimos años, incluso, también se ha avanzado en conocer específicamente qué hace a las mujeres dar por terminada una historia sentimental.

 

 

Es claramente el primer gran golpe, la primera gran sensación incómoda en ellas. Cuando comienzan a darle vuelta a la idea de que lo esperado de ese hombre o de esa experiencia en común no comienza a ser lo mismo que entrega la realidad.

 

Los expertos señalan que es común que las expectativas de ellas muchas veces no sean reales y sus compañeros generalmente no sabían qué esperaban de ellos hasta que empiezan a recibir los reclamos antes las debilidades y defectos demostrados.

 

Ahora, un tema importante en el desarrollo de un hombre admirado es no decir a lo primero que le recriminan “es que no lo sabía”. Se entiende que en la fase de conocerse, en las conversaciones que se establecen, allí se van dan manifestando ciertos deseos  que cada uno por su lado debe procesar y ver si están en sintonía con lo que ellos conocen de sí mismos.

 

Las mujeres suelen ser más exigentes que ellos en este punto y cuando tienen expectativas sobre las diferentes áreas de la relación y éstas no se cumplen, entonces la frustración las invade gradual pero muy intensamente, hasta que optan por ponerle final a la relación.

 

 

Desde discusiones mínimas hasta diferencias claramente mayores van tomando un alcance muy importante en la relación, por lo que gradualmente van afectando en el desarrollo de los sentimientos femeninos.

 

Si son esporádicas y se mantienen en intercambio de puntos de vista, el nivel que pueden mermar una relación es menor  si, por el contrario, comienan a manifestarse visiones completamente opuestas de variadas dimensiones de la vida cotidiana. 

 

Cuando esos intercambios de puntos de vista son constantes, se convierten en un hábito disfuncional en la relación de pareja y al hombre culturalmente se supone que le afectan menos porque antes contaban con mayores vías de escape. 

 

Hoy, sin embargo, esas posibilidades como irse al trabajo o tomar un par de tragos con amigos es algo que ellas también pueden hacer. Por lo que si no se enfrenta de manera directa, la influencia de terceros puede generar un conflicto mayor y más profundo.

 

Un aspecto importante de toda persona en una relación es sentirse realmente importante y, por lo tanto, elegido de manera especial por el/la otro/a. Así, si una mujer llega a darse cuenta de no sentirse amada, el fin de esa relación es sólo cosa de tiempo.

 

Existe consenso en los terapeutas en cuanto a que las mujeres también tienen una capacidad mayor para poner punto final a la relación cuando ellas sienten que ya no aman al hombre igual que antes. Los expertos señalan que en los hombres ese tema puede alargarse un poco más.

 

A ellas les afecta más intensamente sentir que el romance terminó y lo único que queda es la rutina. Por ello, definitivamente terminan cuando no se sienten enamoradas aunque su pareja sea un tipo cariñoso.

 

Cada vez más, las mujeres no se quedan en una relación por lástima. 

 

Si  bien lo más tradicional es anotar que ellas optan por separarse cuando se percatan de que sus parejas le fueron infieles, lo cierto es que los terapeutas anotan que cada vez más se da la situación de que ellas terminan una relación porque surgió un tercero que las sedujo más.

 

Así, ellas rompen la relación si se enamoran de otro hombre que logra desarmarles el esquema que ya tenían en una relación.

 

Cuando su pareja les miente, cuando su pareja les esconde información y cuando descubren que ellos no eran lo que ellas creían que eran, las mujeres comienzan a mirar hacia la puerta de salida.

Y es que una ve que la mujer pierde la confianza en su pareja, no logran volver a sentirse bien a su lado.

 

La confianza no necesariamente se pierde por una infidelidad, puede perderse porque el hombre les miente en otros aspectos tales como el económico, su vida privada, su pasado o sobre sus contactos en las redes sociales. La lista es larga en ese sentido. 

 

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