Las flores y las figuras geométricas fueron repartidas con elegancia y gracia sobre las prendas de Bal.
Arcos y puertas que caracterizan a la arquitectura india fueron recreados sobre el escenario de una de las más esperadas fiestas de la moda en Mumbai, nombre oficial en inglés de Bombay desde 1995.
Las estructuras armadas sobre la larga pasarela, iluminadas con luces caramelo, dieron un aire de elegancia a las noches de la Semana de la Moda.
El imponente ambiente acogió a afamados diseñadores con sus colecciones de verano para este 2016. Las propuestas, casi siempre en colores tierra y negro, fueron una competencia de sobriedad y detalle. La particularidad de las prendas femeninas y masculinas fueron los minuciosos bordados, las aplicaciones y la combinación de géneros lisos y tramados.
En la presentación, se ganó los aplausos el reconocido diseñador indio Amit Aggarwal, quien apostó por los tonos arena para sus vestidos y faldones largos, con chaquetas hasta los tobillos; siempre mostrando el juego de texturas, unas vaporosas y otras cargadas de ornamentos.
Otra de las propuestas fue de Rimi Nayak, quien optó por trajes casuales. Unió sencillos pantalones o faldas negras con blusas escotadas y con volados o vestidos entallados, pero con gasas que jugaron con el movimiento del andar femenino.
Como es norma de los grandes desfiles, el diseñador que cierra una velada de moda es el responsable de presentar la más importante colección y ese reconocimiento en este Fashion Week fue para Rohit Bal.
El artista culminó con broche de oro cuando presentó en la pasarela a la famosa actriz de Bollywood (nombre informal popularmente usado para la industria cinematográfica en idioma hindi), Kareena Kapoor con uno de los vestidos más aplaudidos de la noche, una creación que en cada centímetro mostró majestuosidad.
Las flores y las figuras geométricas fueron repartidas con elegancia y gracia sobre las prendas de Bal. Sin distinción, hombres y mujeres lucieron la elegancia del negro en contraste con los bordados, unos coloridos y otros en monocromía de las gamas camel. Así se logró evocar la fantasía de los cuentos, donde el lujo es el protagonista.