Alabado por economistas e inversores por la respuesta sin precedentes de la Fed ante la crisis, algunos lo han cuestionado precisamente por no haber sido capaz de preverla.
Washington. La nominación del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, para un segundo período a la cabeza del organismo enfrentará un día decisivo este jueves en el Senado.
Aunque existe amplio consenso de que Bernanke recibirá el respaldo, un reciente aumento en la molestia contra los bancos y la forma como los reguladores estadounidenses los rescataron de la crisis financiera podría hacer que la votación fuera más reñida que lo esperado.
Alabado por economistas e inversores por la respuesta sin precedentes de la Fed ante la debacle, Bernanke no ha escapado a las críticas por haber sido incapaz de ver la crisis cuando se estaba gestando.
El presidente Barack Obama y sus aliados en el liderazgo de los demócratas en el Senado se vieron obligados a intervenir durante la semana pasada para presionar a los senadores en busca de una "supermayoría" de 60 votos para superar los esfuerzos para bloquear a Bernanke.
Una votación para superar los obstáculos de procedimiento fue fijada para este jueves, una señal de que los líderes del Senado sienten que tienen los 60 votos necesarios.
Superar los obstáculos establecería un plazo de hasta 30 horas para debatir la nominación, aunque asesores del Senado dijeron el miércoles que esperan que la votación final de confirmación se lleve a cabo este mismo jueves.
El período de Bernanke expira el 31 de enero.
Una encuesta de Reuters mostró que 50 senadores apoyan a Bernanke y 21 se oponen. El resto de los 100 miembros de la Cámara alta está indeciso o no reconoce su preferencia.
De ser confirmado, Bernanke encabezará una Fed que ha sido reconfigurada por la crisis financiera, una recesión y los cambios políticos que siguieron.
Su mayor tarea en los próximos meses sería decidir cuando y cómo desmantelar eventualmente o "dejar atrás" las medidas de emergencia que ayudó a implementar, sin atrofiar la frágil recuperación económica o alarmar a los mercados financieros.