Empresas y universidades enfrentan desafíos en este nuevo escenario.
El vicepresidente de Recursos Humanos de Google anunció meses atrás que el expediente académico y la puntuación no servían para predecir, durante el proceso de reclutamiento, el buen desempeño que esta persona tendría a futuro en el trabajo. A esto, también agregó que el título universitario ya no era tan necesario, y que en Google varios de los trabajadores no habían pasado por la universidad.
Por estos días, es cada vez más habitual cuestionarse qué tan crucial es aprender formalmente, teniendo tantos recursos para hacerlo de manera informal, a bajo precio y con flexibilidad.
“Cada vez más en las empresas reconocen que la existencia de las habilidades que requieren tienen menos correlación con los diplomas y programas ofrecidos por las universidades. Esto representa el inicio de una nueva etapa, que provocará cambios acelerados irreversibles”, dice Fernando Valenzuela, presidente de Latinoamérica para Cengage Learning.
Todo esto viene acompañado del auge de tutoriales y cursos online, muchos de estos gratuitos y avalados por empresas, universidades y escuelas de negocios, que llegaron a democratizar el conocimiento. Pero este nuevo panorama también trae retos para las empresas y universidades, quienes están en una competencia por captar talento. Sobre esto, Valenzuela dice que las universidades deberán acelerar su transformación para cautivar a los estudiantes y ofrecerles experiencias de aprendizaje más relevantes para el futuro del trabajo.
Para esto, se deberán abandonar los programa rígidos, las experiencia de aprendizaje diseñadas para estudiantes promedios, la aplicación de instrumentos de evaluación estandarizadas y el concepto de que los estudiantes incian desde un mismo nivel.
Pero para las empresas el desafío no es menor. De acuerdo con Valenzuela, “estas enfrentan las dificultades de no encontrar las capacidades que necesitan en su capital humano. Por eso, se abrirán a integrar individuos que no tienen los diplomas o el respaldo de las instituciones educativas, valorando los micro créditos, los micro diplomas y los portafolios digitales desarrollador a partir de experiencas formales e informales”.
El aprendizaje del inglés es uno de los ejemplos que se pueden mencionar, donde a través de varias plataformas e instancias, las personas, sin mayores costos ni problemas, pueden mejorar su nivel. Nicolás Fuenzalida, CCO de Políglota, comunidad gratuita para aprender inglés, explica que el éxito de este emprendimiento se debe a que “la gente está aburrida del sistema tradicional y busca algo diferente para aprender idiomas, como hacerlo en un parque o mientras toma un café. También está el tema de la viralidad, porque está muy de moda esto, junto con las plataformas y los videos, donde se genera el feedback. Esto ha sido clave para nuestro éxito, porque sin haber invertido en publicidad la gente habla de nosotros. Las personas entendieron que pueden aprender pasándolo bien”.
Esta clase de instancias de aprendizaje no convencionales, pueden ayudar a desarrollar habilidades requeridas en las empresas, como pensamiento crítico, creatividad e innovación, gestión de la información no estructurada, integración multicultural, interacción con audiencias diversas y autogestión emprendedora.
Pero además, permiten que las personas se acerquen a un tipo de aprendizaje mucho más exploratorio, que fue dejado atrás por parte de las escuelas, donde el estudio no está ligado al aprendizaje dentro de cuatro murallas ni mediado necesariamente por un profesor. “Hay una serie de estudios que demuestran que cuando uno lo está pasando bien en ambientes positivos se aumenta el nivel de dopamina y se generan más conexiones cerebrales. Cuando uno está haciendo las cosas por sí mismo, empoderado, existe un mayor crecimiento”, dice Fuenzalida.
Valenzuela, de Cengage Learning, complementa que “el aprendizaje ya no puede ser por disciplinas, sino que multitudinarios. Cada individuo debe ser capaz de integrar elementos complementarios a los que la disciplina le provee”. Esto significa que las personas deben dejar de ser pasivos o receptores de aprendizaje.
Foto: Pixabay