Por Juan Pablo Arias, subgerente Preventa Outsourcing TIC de Adexus.
El modelo de negocio de cualquier empresa depende cada vez más de las tecnologías digitales, las cuales a su vez plantean constantes desafíos. En el mundo actual, con necesidades de disponibilidad crecientes e inmediatas, el nivel de resiliencia de los sistemas de información y comunicaciones es cada vez más necesario para garantizar la continuidad del negocio.
La resiliencia empresarial es la capacidad de una organización a adaptarse rápidamente a alteraciones, sin afectar la continuidad de las operaciones empresariales, la protección de las personas, los recursos y la reputación de la marca.
Uno de los factores más importantes para la resiliencia empresarial es afrontar el riesgo, interno y externo, con una actitud proactiva, integral y metódica. Un alto costo de pérdidas en el negocio, sumado al riesgo reputacional que significa la ausencia de servicios durante períodos prolongados, obliga a las organizaciones a poner en práctica rigurosos programas de resiliencia y seguir entregando servicios a los usuarios. Una forma de combatir los riesgos es la adopción de servicios Cloud y Data Center, los que reducen costos, agilizan el negocio y permiten entender de forma más profunda a los usuarios y clientes finales.
Hoy en día, el enfoque no es evitar que ocurran problemas, sino más bien tener una estrategia para manejarlos y minimizar el impacto al negocio. Para ello, es importante prepararse para cualquier escenario y establecer una estrategia sólida, basada en la combinación correcta de Servicios Cloud y Data Center.
En el corto plazo, la tendencia será la consolidación de servicios de seguridad, como el monitoreo, análisis de vulnerabilidades, entre otros, y también la gestión de continuidad del negocio, sitios de contingencia, servicios de disaster recovery. Estos últimos deben garantizar que un negocio que ha sufrido una interrupción, y que debe recuperarse desde un data center alternativo, cuente con la adecuada capacidad de recursos en el tiempo máximo permitido.
Es clave tener la capacidad de detectar y anticiparse a las fallas. Inspecciones profundas, acompañadas de un diagnóstico que incluya evaluaciones periódicas, son la mejor estrategia de defensa para asegurar la continuidad operativa, sea cual sea la empresa. En definitiva, la prevención de desastres en TI responde a partes iguales de tecnología, procesos y conocimiento humano.