La ciudad ideal para los negocios y el emprendimiento no es una casualidad.
La primera cosa que el alemán Michel Haese escuchó sobre Shenzhen fue que era una zona especial económica en China, de eso ya hace 20 años y fue durante la Expo de Hannover (Alemania), la más grande exhibición de computadores a nivel mundial.
En 2011, planeaba visitar una feria electrónica tradicional en Hong Kong, pero uno de sus amigos lo arrastró hacia otro evento. Allí Haese conoció algunos empresarios chinos que lo invitaron después a viajar a las metrópolis del suroriente de China para conocer sus fábricas.
"Shenzhen es un paraíso para el desarrollo", dijo. "Si tienes algún requerimiento o necesidades por nuevos materiales electrónicos, yo solo bajo las escaleras y puedo encontrarlos", añade en referencia a Huaqiangbei, uno de los más grandes y bulliciosos mercados de electrónicos a nivel mundial, lleno de pequeños negocios que venden toda clase de dispositivos electrónicos.
Haese es ahora el director ejecutivo de su propio emprendimiento en Shenzhen.
Su principal invención, el "Lapscreen", es más una noción que un producto. Con el Lapscreen uno puede proyectar todas las funciones de un teléfono inteligente en un monitor portátil "Full HD" del tamaño de un papel A4, como escribir una historia o ver una película.
El empresario alemán espera con esto poder compartir su idea de "oficina portátil" con socios dispuestos de todo el mundo.
Haese no es el único cazador de sueños que considera esta mega ciudad como su destino final.
Cyril Ebersweiler es el cofundador de HAX Accelerator, un acelerador de empresas semillas enfocadas en el hardware y con base en Shenzhen y San Francisco. Junto con 10 compañías de hardware, este francés de 38 años fundó HAX en un garaje de Shenzhen en 2011.
"Una cosa que descubrí aprovechando la cadena de suministros de estos emprendimientos empresariales fue que Shenzhen era un buen lugar para realizar prototipos, no solo para hardware de electrónica de consumo, sino también hardware extremadamente complejo para la salud, robótica y fabricación espacial", dijo a Xinhua.
Por seis años, HAX ha tratado de acelerar las ideas comerciales de impresoras de 3D hasta drones, así como de otros dispositivos de consumo para más de 145 nuevas compañías, ofreciendo su guía y experiencia desde el principio hasta el final.
Cada año, Ebersweiler lleva a Shenzhen nuevo personal que llega de todas las partes del mundo, más de la mitad de ellos de Estados Unidos y Europa. "Lo que teníamos que desarrollar en ese momento era una forma efectiva para que estuvieran operando en China", indicó.
El empresario francés cree que la cultura prevaleciente de la ciudad de fuentes abiertas es precisamente lo que un emprendimiento empresarial necesita para hacer pequeñas tiradas de fabricación de manera efectiva, con una gran flexibilidad y un costo comparativamente bajo a fin de reducir el tiempo de comercialización.
Construyendo sus negocios desde la nada, algunas de las firmas tecnológicas de Shenzhen solían luchar por su participación del mercado con productos de imitación a bajo precio. Barato, baja calidad y falso se encuentran entre las palabras que eran utilizadas para describir esos productos.
Con años de sólida competencia y desarrollo en el mercado, esa imagen ha cambiado. La innovación ha sido un factor clave para ayudar a forzar el cambio.
En el IFA Tech Show de este año en Berlín, Huawei presentó su propio chipset Kirin 970, diseñado por su filial HiSilicon Technologies. El chip se ha incorporado al nuevo buque insignia de Huawei, los teléfonos Mate 10 y Mate 10 Pro, lanzados el mes pasado.
La innovación también florece en el desarrollo de software y aplicaciones móviles.
Lanzado por primera vez en 2011, Wechat es un software de aplicaciones móviles para redes sociales desarrollado por Tencent con sede en Shenzhen. La compañía dijo a principios de este mes que la aplicación ahora tiene 902 millones de usuarios activos diarios, entre los cuales decenas de millones están fuera de China. Para muchos de ellos, Wechat simplemente se ha convertido en una forma de vida.
Mientras tanto, a medida que más y más países extranjeros han aprobado el uso de los servicios de pago móvil chino, muchos turistas chinos han comenzado a usar Wechat Pay en lugar de efectivo cuando viajan al extranjero. Según Zheng Hongmin, que está a cargo de la operación de Wechat Pay en Asia-Pacífico, Wechat Pay ahora está disponible en 19 países y regiones para pagos en 12 monedas.
Este auge tecnológico y éxitos creativos no han llegado a la ligera.
Buscando destacar en innovación, firmas de tecnología como Huawei están invirtiendo como locas.
Huawei ahora cuenta con el mayor presupuesto de investigación y desarrollo (R&D) entre las firmas chinas. Sólo el año pasado, invirtió 11.000 millones de dólares en R&D, y su chipset Kirin 970 es resultado de muchos años de inversión.
Entre tanto, estas compañías prestan mucha atención a la cooperación internacional en cuanto a innovación. Huawei ha establecido laboratorios de estudio en Rusia y Francia para mejorar los diseños de celular. Tencent ha abierto un laboratorio de inteligencia artificial en la ciudad estadounidense de Seattle.
El gobierno local de Shenzhen también ha formulado muchas políticas preferenciales para asegurar que la ciudad puede atraer más talento, incluyendo subsidios y asignaciones más generosas y mejores condiciones de investigación científica.
En septiembre, Barry Marshall, ganador del Premio Nobel de Medicina, lanzó un laboratorio biomédico pionero con la Universidad de Shenzhen. Se trata del quinto laboratorio en Shenzhen que tiene aportes de ganadores del premio Nobel.
El próximo año marcó el 40 aniversario del inicio de la política de reforma y apertura de China. Hace cuatro décadas, poca gente podía imaginar que tal pequeño enclave pesquero podría convertirse en un centro para decenas de miles de empresas emergentes y albergar un gran número de compañías tecnológicas, entre las más exitosas de China y el mundo. Es un milagro de esfuerzos colectivos y continuos.
Haese, inventor alemán, dijo que Shenzhen le ha dado más inspiración y esperanza que cualquier otro lugar en el mundo.
Con un espíritu de apertura e innovación, la ciudad, impulsada por los sueños y el trabajo de centenares de millares de personas como Haese, continuará creando milagros.