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Siang: "Parte del rol de liderar es ser capaz de crear una cultura correcta"
Lunes, Agosto 13, 2012 - 15:18

Las escuelas de negocio globales se preocupan más por abordar el tema de la ética y la responsabilidad social en sus alumnos. Sanyin Siang, directora del Centro Coach K de Ética y Liderazgo de la Duke University conversa sobre los criterios que guían el trabajo de la institución, y cuánto esta se relaciona a la forma de liderar del coach del Dream Team.

Sanyin Siang es la directora ejecutiva del Centro de Liderazgo y Ética Coach K, de la Duke University en EE.UU. Entre las metas fundamentales de su institución se encuentra exponer a los estudiantes de Fuqua, la escuela de negocios de Duke, a las cualidades de liderazgo y valores éticos inherentes al universo deportivo. Así, se incluyen programas de liderazgo ejecutivo, de iniciativa de liderazgo en las mujeres, y se organiza también la Coach K Leadership Summit. 

En efecto, uno de los elementos que caracteriza al centro es haber tomado como referente el estilo de liderazgo del coach de basquetbol Mike Krzyzewski, o Coach K, como mejor se le conoce en Fuqua y en el ámbito deportivo. Krzyzewski no ha sido sólo el entrenador del equipo masculino universitario, sino que ha estado al frente de la selección nacional estadounidense, conocida desde Barcelona 92 como Dream Team. 

AméricaEconomía conversó con Siang sobre cómo el centro diseña sus programas para transmitir los valores éticos y principios de liderazgo deportivo a los estudiantes de la escuela de negocio. El diálogo adquiere mayor relevancia de tener en cuenta el contexto global económico, social y político, donde se exige mucha más conciencia y actitud responsable de los ejecutivos y dueños de negocios.

Se suceden los escándalos corporativos, especialmente los financieros. Por eso el escrutinio continúa sobre las instituciones financieras, y se critican los valores ejecutivos. Las escuelas también reciben su cuota de escarnio, al ser  formadoras de estos profesionales. ¿Cómo ha reaccionado Fuqua, y su centro, ante este reclamo?

En estos momentos estamos creando el tipo de líderes que el mundo necesita. Y lo que hemos observado es que se necesitan líderes colaborativos, innovadores, tácticos, y preocupados por su contexto social, tanto local como global

Hemos visto que los más grandes líderes suelen mostrar determinadas características. Una entre estas es el conocimiento relevante dentro del área de su trabajo, otra es tener un conjunto de habilidades que lo hace resaltar, pero también demostrar que piensa y actúa de acuerdo a un tipo de cultura de lo correcto.

En este sentido, la cultura constituye un elemento significativo. Acá creemos que nuestro rol no se reduce a impartir conocimiento, sino transmitir experiencias y su sentido. Eso tiene que ver con ser parte de una cultura como la nuestra, es un elemento esencial de la experiencia de crecimiento y desarrollo. Y como en Fuqua pensamos que la gente constituye el factor más importante en la generación de una cultura, ponemos cuidado en la selección de los estudiantes, tratamos de elegir personas colaborativas, honestas, a quienes les importa la comunidad.

El coach K, en la dirección del equipo de basquetbol de EE.UU., tiene que lidiar con jugadores que ganan sumas millonarias, parecido a un CEO al mando de ejecutivos top que compiten entre ellos. ¿Qué se podría aprender de Krzyzewski en cuanto a armonizar individualidades de jugadores brillantes para poder funcionar como equipo?

Él entiende la lógica de un equipo y a su vez ayuda a los jugadores a comprenderla. Ellos forman parte de una identidad colectiva, la identidad del equipo nacional que va a los juegos olímpicos. Es cierto que cada uno de ellos es superestrella en sus clubes, por eso cada uno tiene un gran ego. Pero lo que hace Krzyzewski no es atacar sus egos, sino estimularlos a que traigan sus egos al juego, pero con la comprensión de que ellos juegan juntos como equipo.

Para lograrlo, él debe hacer que ellos canalicen sus egos en servicio del equipo, y eso sólo es posible si se consigue que ellos se vean a sí mismos como parte de una entidad aún mayor. Esto implica que ellos deben ver más allá de sus propios intereses, deben ser capaces de entender el interés colectivo. Este sería el interés del equipo EE.UU.

Como ejemplo concreto de cómo él logra esto, puede citarse la ocasión cuando llamó al general Bob Brown, miembro también del Centro de Liderazgo y Ética, antes de asistir a los juegos de Beijing. Entonces el general Brown trajo consigo al capitán Smiley, para que hablara ante los jugadores. Este capitán había quedado ciego como resultado de su participación en una operación militar en Irak, pero a pesar de esto, ha pedido que lo regresaran a la zona de combate, para continuar sirviendo a su país, porque creía en este y en la causa por la que luchaba. Esta fue una historia poderosa que escucharon los jugadores, que les ayudó a conectarse con una identidad poderosa, la de su país.

Así, el coach usa historias, símbolos, imágenes tales como la figura del puño. Cada uno de los cinco dedos de la mano puede ser débil, pero una vez cerrados en un puño son mucho más fuerte y resistente. Con estas imágenes, el coach logra transmitir a los jugadores la idea de la importancia de poner su propio ego y habilidades al servicio de la identidad del equipo.

En cuanto al reto de dirigir ejecutivos que son muy enfocados al trabajo para ganar dinero, nuevamente la cultura resulta un elemento relevante. La idea de trabajar para generar ganancias, por ambición de dinero, no necesariamente tiene que resultar conflictiva. En este caso, se trata de que los estudiantes asimilen una cultura dentro de la cual se entiende que el éxito puede también alcanzarse en varias dimensiones, y el dinero no es por fuerza la única de estas. Se trata de comunicar una perspectiva que estimule actuar dentro de un equipo, actuar con atención a respetar y proteger los intereses de un grupo, y más extensivamente una sociedad. Lo que pueden aprender los estudiantes de la forma de dirigir el equipo de basquetbol es que un líder no piensa solamente en sí mismo, sino en su organización, y en servir mejor los intereses de la sociedad. Sólo así un líder puede generar beneficios en el corto, mediano y largo plazo.

Algunas investigaciones dan cuenta de una correlación entre la creatividad y la deshonestidad. Esto levanta la interrogante de si es necesario un ente regulador o las personas pueden ser capaces de regularse a sí mismas. ¿Cómo se debate este tema dentro del centro y la escuela?

Una vez más es necesario poner énfasis en la importancia de la cultura. Parte del rol de liderazgo es ser capaz de crear una cultura correcta. En el proceso de formar a nuestros estudiantes como líderes, nuestro objetivo es darles además de las habilidades para dirigir un negocio, una comprensión de lo que es una cultura correcta, así pueden llevar estos principios a sus propias organizaciones o a donde sea que trabajen.

En general, la cultura ayuda a establecer y hacer respetar regulaciones internas. Por ejemplo, los estudiantes de Fuqua no cometen plagio o fraudes porque además de saber que no está permitido, están convencidos que está intrínsecamente mal. La cultura es la base de que entre ellos se regulen uno al otro, se exijan un comportamiento honesto.

Si descubren que alguien está a punto de cometer fraude, intervienen para que ese estudiante no llegue a concretarlo. Y lo hacen demostrando que hay otras maneras de conseguir los objetivos, y al hacerlo ofrecen ayuda para vencer la dificultad.   

Y es obvio que nuestros estudiantes van a salir a desenvolverse en un mundo donde todos no actúan según sus mismos principios y valores. Pero algo que pueden aprender del coach es, siempre que estén en la posición de elegir a sus colaboradores, es que es muy importante la selección adecuada de los mismos. Por ejemplo, en el caso del equipo de la universidad, Krzyzewski cuida de elegir a jugadores que además de habilidades técnicas, demuestran valores morales como son el respeto por los demás –por eso los observa en su relación con los padres- y que sepan actuar en equipo.

Entonces, si somos capaces de mostrar a nuestros estudiantes formas adecuadas de actuar y liderar, ellos entrarán a las organizaciones donde trabajen, o las que creen, llevando consigo estos principios. Aunque trabajen con gente que no sea honesta, eventualmente contribuirán a instaurar una cultura honesta, ayudando a encontrar formas de canalizar la creatividad en la resolución de problemas, de manera tal que no entre en conflicto con lo que es éticamente correcto.

Por eso siempre subrayo el gran valor de la cultura. Lo que vimos en Wall Street y la crisis financiera que provocaron, tiene un trasfondo cultural basado en la noción de privilegiar los intereses de los shareholders por encima de los stakeholders. 

En EE.UU. ha decaído mucho en escuelas primarias y secundarias la enseñanza de temáticas relacionadas con el comportamiento cívico y el funcionamiento del gobierno y la democracia. En este contexto, el reto es mayor para las escuelas de negocios que quieren formar estudiantes en una cultura ética y responsable.

Ciertamente en EE.UU. en los niveles de enseñanza elemental y media se están descuidando los tópicos de educación cívica. En respuesta a este desafío, necesitamos reforzar más el debate sobre el servicio a la sociedad, y el funcionamiento de un negocio dentro de un contexto social.

Dentro de ese conjunto de temas, se maneja la perspectiva de que ahora los países son interdependientes. Y lo que suceda en EE.UU. afectará fuertemente lo que pueda suceder en América Latina, Asia u otras regiones. Igualmente tendrá influencia en EE.UU. lo que ocurra en otras partes. Por eso un concepto de gobernar que priorice el servicio a la sociedad es tan importante. Se trata de que nuestros estudiantes actúen prestando atención al gran contexto.

En Fuqua tenemos muy presente esas ideas porque somos una escuela global. La relación con estudiantes internacionales forma parte de nuestras experiencias diarias. Por eso creemos tan firmemente, en términos de cultura, experiencias y conocimiento, en ayudar a nuestros estudiantes a ver más allá de sus propios negocios o trabajos, y que comprendan el contexto político y social que les rodea. 

Una vez más, esa cultura guía la selección de estudiantes, porque el proceso de admisión busca detectar en los candidatos los valores de preocupación por el contexto, por mejorar el mundo y usar sus negocios como instrumento al servicio de esa finalidad. Por eso nuestros estudiantes no sólo se interesan por las ganancias de sus negocios, sino también por el funcionamiento de la organización, la educación, el manejo de la energía, y el impacto social del cual son responsables.

Una vez más, el referente que es el coach Krzyzewski es relevante. Cuando él se presenta ante los jugadores de la selección nacional, lo precede una reputación de integridad. Él es reconocido por sus valores, por sus logros, por su trayectoria, lo cual es el motivo de su designación como coach olímpico, porque es una figura que inspira respeto.

A pesar de que los jugadores del equipo nacional de basquetbol son estrellas dentro de sus clubes, famosos internacionalmente, y en algunos casos sus temperamentos individuales tiendan a respetar menos las jerarquías, en el caso de Krzyzewski ya ellos le respetan de antemano, porque conocen su historia. Por eso es importante para cualquier líder tener en cuenta que actuar continuada y consistentemente de acuerdo a valores éticos será crucial en el respeto que pueda inspirar en pares, colaboradores y rivales.

Autores

Jennifer P. Roig