No hay dos opiniones. Tanto especialistas como el sentido común coinciden en que dormir es algo esencial para la salud física, mental y emocional de las personas.
La labor principal del sueño es la recuperación de las funciones cerebrales y no tanto para el reposo de los órganos y músculos. Aunque, claro, un sueño reparador es vital para el cuerpo y la mente.
La cantidad de sueño depende de qué tan activa estuvo la persona durante el día, lo cual cambia en el transcurso de la vida. Un niño de diez años que pasa todo el día en actividad física precisará más sueño que una persona más adulta.
Cristian Contador, director de la carrera de Kinesiología de la Universidad San Sebastián en Chile, comparte siete recomendaciones para ponerlas en práctica durante las vacaciones.
-1. Dormir entre siete y ocho horas es lo ideal para un adulto, durante este tiempo las posiciones adoptadas pueden ir cambiando, pasando también por distintas fases del sueño.
-2. La posición más eficiente es de lado con caderas y rodillas flectadas, porque no causa un impacto en la columna vertebral, manteniéndola relativamente en la posición neutra, lo que permitirá lograr que los tejidos que la componen puedan recuperarse del estrés diario.
-3. También hay otras formas, por ejemplo, de espaldas, pero genera cierto estrés en la columna lumbar y cervical, siendo la última la que es más afectada al no poder mantener la cabeza mirando hacia el frente, ya que está girada hacia un lado, provocando contracturas musculares que se traducen en lo que la gente identifica como “tortícolis”. Algo muy parecido pasa con la posición boca abajo, que es la menos recomendada.
-4. A la posición adecuada para dormir, las personas deben sumarle una buena almohada que sea capaz de apoyar la cabeza cómodamente y que mantenga el espacio normal que hay entre la cabeza y el hombro. De lo contrario, la cabeza cambiará anormalmente de posición por varias horas y mantener una posición anómala puede causar dolores muy incapacitantes.
-5. Durante las vacaciones las personas cambian casi todas las condiciones que influyen en la obtención de un sueño placentero. La mayoría de las situaciones que tienen que ver con el estrés del año pueden verse solucionadas durante el merecido descanso, sin embargo, el dormir en otras superficies puede afectar físicamente.
-6. Ante el cambio de superficie las personas deben elongar y/o moverse antes de dormir y al despertar. La idea es que la rigidez en la columna provocada por el estar quieto varias horas tenga el menor impacto.
-7. En caso de acampar, el riesgo de sufrir molestias es mucho más probable. Por lo que se debe elegir una superficie llana (sin declive), plana y con el mínimo de irregularidades posibles, mantener la ventilación adecuada, optar por un colchón, realizar pequeñas rutinas de movilización y elongación de la columna vertebral antes y después de dormir.