Treinta profesionales de la salud se turnaron para realizar estas reanimaciones durante cinco horas a un pequeño de tan solo 8 años.
Treinta profesionales médicos se turnaron para realizar más de 30.000 reanimaciones durante cinco horas para salvar la vida a un niño de 8 años que entró en un paro cardíaco repentino el pasado viernes 21 de septiembre, en el Hospital Infantil de Changzhou, provincia de Jiangsu, informó Thepaper.cn.
La noche del jueves, el niñó – que sufría un agudo dolor de estómago y fiebre severa- fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos después de ser diagnosticado con una miocarditis fulminante. Esta enfermedad es un proceso inflamatorio que ocurre en el tejido muscular del corazón (miocardio), provocando insuficiencia cardíaca aguda.
Después de recibir el tratamiento inicial, el pequeño se encontraba estable. Sin embargo, la situación empeoró repentinamente alrededor de las 8:30 de la mañana del siguiente día. Comenzó a padecer arritmia, después su ritmo cardíaco se hizo lento, convulsionó y sobrevino el primer paro cardíaco.
Inmediatamente, el personal médico ofreció los primeros auxilios y dos veces volvió el paro cardíaco. Y aunque lograron estabilizar la condición del paciente, su vida aún corría peligro.
"La miocarditis fulminante avanza rápido con síntomas severos que progresan a una alta velocidad. Tiene alta mortalidad. El dolor es insoportable y si el paciente no recibe tratamiento oportuno, fallece", explicó Zou Guojin, pediatra del Hospital Infantil de Changzhou.
Dada la situación, los doctores decidieron aplicar la oxigenación por membrana extracorpórea, una técnica avanzada para proporcionar apoyo cardíaco y respiratorio.
Sin embargo, el Hospital Infantil de Changzhou no tenía el equipo para realizar la circulación corporal. Sus administrativos contactaron con el Hospital Infantil de la Universidad de Fudan en Shanghai y pidieron prestada una máquina.
Alrededor de las 1:30 de la tarde, se comenzó a trasladar la máquina desde Shanghai a Changzhou. Apenas 20 minutos más tarde, la condición del chico comenzó a deteriorarse. Su presión sanguínea disminuyó hasta tal punto que no podía ser detectada. El paro cardíaco y la disnea reaparecieron con frecuencia. Aunque la máquina llegaría en tres horas, nadie podía afirmar que el niño sobreviviría.
La madre del niño se desmayó cuando escuchó el parte médico. Su padre permaneció bastante tranquilo. Él estaba decidido a salvar la vida de su hijo.
"Mientras exista un rayo de esperanza, nunca nos rendiremos", afirmó el padre.
A las 2:50 de la tarde, el corazón del niño dejó de latir por completo. La máquina estaba en camino. A partir de ese momento, para mantenerlo vivo era necesario realizar una compresión continua en su tórax
Ante tal emergencia, el hospital organizó a 30 profesionales para realizar la colosal tarea e hilvanó una cadena de relevo. Cada especialista realizó compresiones torácicas durante uno o dos minutos. Para mantener la fuerte presión de las compresiones había que evitar el cansancio.
De esta manera, los 30 profesionales de la salud dedicaron cinco horas a salvar la vida del niño. Entonces, a las 7:30 de la noche llegó la máquina y pudo instalarse con éxito.
Hasta ese momento, el equipo de salvamento había realizado 30.000 compresiones en el pecho del menor.
"Estamos decididos a salvar la vida de cada niño que esté en peligro. El mundo no es tan terrible porque te amamos en silencio", publicó en Wechat, red social china, un miembro del personal que participó en la cadena de reanimación.
Aunque de una manera muy débil, el corazón del niño volvió a latir.