Después de la salida del director del canal, Alberto Federico Revell, grupos de defensores de la libertad de expresión acusan al gobierno de Hugo Chávez de presionar a los medios de comunicación.

Caracas. La reciente salida del director de uno de los principales canales de televisión de oposición en Venezuela preocupa a los críticos del presidente Hugo Chávez, quienes temen que el medio ablande sus denuncias hacia el líder socialista por presión gubernamental.

Alberto Federico Ravell, que participó en la fundación de Globovisión y fue su director general hasta la semana pasada, era considerado responsable de convertir al canal en un jugador primordial dentro de la oposición venezolana.

La directiva de Globovisión alega que la salida del directivo, que mantiene su paquete minoritario en la planta, obedece a pugnas internas entre accionistas y niega haber negociado su despido con el gobierno, como han apuntado algunos opositores.

Grupos defensores de la libertad de expresión acusan al mandatario de presionar a los medios de comunicación.

El fin de la era Ravell en la estación, siete meses antes de la elección legislativa en la que el gobierno pretende conservar su abrumadora mayoría, ha ocasionado intensa discusión entre opositores, periodistas, bloggers y usuarios de Twitter sobre la razón de su partida y el futuro de la planta.

Conocido por sus reportes fuertemente críticos, el canal de televisión es una importante tribuna para algunos líderes "antichavistas", aunque sólo alcanza un par de ciudades del país con señal abierta, incluyendo la capital Caracas, y se ve internacionalmente en televisión por suscripción.

"Esperamos que esta situación no cambie la línea editorial de ese canal", dijo días atrás el opositor alcalde de Caracas, Antonio Ledezma.

"Cualquier cosa que se hable de Globovisión y que ponga en entredicho la credibilidad del canal, nos inquieta", agregó.

El propio Ravell destacó en su Twitter que tras su salida, una reportera de Globovisión tuvo acceso a una conferencia de prensa ministerial el lunes, pese a que en años recientes la planta ha sido excluida de muchos eventos del Gobierno.

Presión a los medios. Durante su mandato de 11 años, el socialista Chávez ha incrementado el número de periódicos, radios y televisoras oficiales, para contrarrestar a los medios privados generalmente hostiles con él, mientras que algunos medios han bajado el tono de sus críticas y otros han salido del aire.

El periodismo equilibrado es escaso en el primer exportador de petróleo sudamericano. Globovisión y su contraparte gubernamental VTV, sobresalen con sus posturas extremas.

"Durante buen tiempo la gestión de Ravell en Globovisión jugó a invisibilizar voces reflexivas o incluso sensatas en la acera antichavista", alegó el columnista Wladimir Villegas en el diario El Nacional, agregando que es probable que la estación cambie su tono tras la salida de Ravell.

Varios opositores se quejaban en privado de que Ravell privilegiaba a los más radicales, pero el directivo aseguraba que cubría sólo a quienes eran noticia.

En 2007, Chávez negó la renovación de la concesión a RCTV, el canal privado más antiguo del país y el que entonces era el más critico con su gobierno, al que el mandatario acusaba de apoyar su breve derrocamiento en el 2002 junto a otros medios.

Años después del Golpe, los canales Venevisión y Televen, desecharon sus programas de opinión más extremos.

Al día siguiente de la salida de Ravell, una corte anuló una prohibición de salida del país contra su socio Guillermo Zuloaga, a quien se investigaba por supuestamente acaparar unos vehículos marca Toyota.

En un comunicado transmitido por Globovisión, Zuloaga dijo que todo obedecía a una infortunada causalidad.

"Yo no negocio, ni he negociado nada con este gobierno", dijo. "En estos momentos hay gente muy interesada en utilizar la salida de Alberto Federico Ravell para quebrantar nuestra credibilidad", agregó

No obstante Ravell, ha usado su cuenta de Twitter para sugerir que sus socios, uno de ellos dueño de un banco, lo echaron a cambio de favores.

"El dueño del Banco Federal me lo advirtió: 'el gobierno pidió tu cabeza para dejar al banco en paz. Vete 1 año de vacaciones", dijo en un mensaje la semana pasada.