Nacida en Argentina, la académica de la Universidad de Michigan, manifiesta que es necesario aumentar la colaboración entre países de la región y, a falta de presupuesto, buscar soluciones novedosas.
Un puñado de iPads, un equipo multidisciplinario -en gran parte compuesto por estudiantes- y ganas. Con esas herramientas, la investigadora y profesora de la Universidad de Michigan Sofía D. Merajver lideró en Ecuador un estudio dedicado a detectar signos de depresión en personas con cáncer. El resultado confirmó la alta prevalencia de dicha condición sicológica en los pacientes, pero también mostró un espectro de resultados: "Había personas que estaban levemente deprimidas y quizá podrían superarlo con actividades grupales y conversación. Había otras que necesitaban un siquiatra", recuerda la académica.
Merajver destaca este ejemplo como una intervención simple, de bajo costo, que fue posible realizar en un centro de salud latinoamericano y que, más que curar enfermedades, buscaba detectar posibles soluciones para mejorar la calidad de vida de las personas. "Hay mucho (sobre el cáncer) que no sabemos en los niveles más básicos y hay mucha gente sufriendo. Aún cuando no curemos una enfermedad, podemos crear soluciones", dice.
Por ello, la investigadora considera que es necesario aumentar los esfuerzos académicos en Latinoamérica. "La investigación en general es considerada un lujo de países de altos ingresos. No es considerada esencial. Mucha gente piensa que hay que cuidar a las personas que están muriendo, que eso es la prioridad, pero la investigación es importante para todos los países. Con ella, se desarrollan soluciones que pueden salvar vidas".
Merajver defiende que "la investigación es un arma de paz y progreso, porque la falta de respuestas y de conocimiento causa pérdida de vidas y de dinero. La investigación sobre el cáncer ha sido un poco olvidada en América Latina".
-Ese olvido, ¿es responsabilidad de los gobiernos o también de los privados?
"Es una combinación de esfuerzos públicos y privados. Ambos son fundamentales. Es necesario introducir tecnología y conocimiento, incluso cuando hay bajos presupuestos. La inversión en investigación es muy baja, pero también es cierto que las personas no tienen la imaginación y los incentivos. Hay que crear una cultura de la investigación desde los niveles básicos de la escuela, porque no hemos llegado a Marte por accidente. Se requiere mucho trabajo. Los beneficios de la investigación son tan enormes, que me sorprende que los gobiernos no lo hagan una prioridad, porque crea calidad de vida e igualdad".
-Hace poco, una investigación colaborativa entre países latinoamericanos fue publicada en la revista Science. ¿Le parece que ese es un modelo adecuado: la investigación entre instituciones de varias naciones?
"Es muy útil tener colaboración. La ciencia se beneficia de eso. Lo bueno de Latinoamérica es que hay problemas similares. Cada país tiene sus propias situaciones, pero también hay algunas variables que son comunes: la presencia de grupos indígenas, la heterogeneidad genética, la migración, el estilo de vida sedentario y la obesidad. Hay que aumentar los esfuerzos de colaboración. Creo que no hay suficiente de eso y debería pasar más, a pesar de los espíritus nacionalistas".
La investigadora, que ha dedicado su carrera al cáncer y, especialmente, al cáncer de mama, también comparte sus perspectivas sobre el futuro del área. El gran descubrimiento de años recientes, dice, es la aplicación de tecnologías novedosas. "Ahora estamos en una posición en que podemos entender la enfermedad del cáncer a través de la tecnología: tenemos la capacidad de hacer la secuencia genómica de cada tumor y, a la vez, tenemos biología computacional, que nos da la habilidad no sólo de entender una lista de genes, sino que unir una red de ellos para ver cómo trabajan. No teníamos eso antes. Un tercer ingrediente es que podemos observar cómo las células se comportan, con sistemas de microfluidos. Es tecnología de ingeniería que nos permite observar células vivas".
Para ella, la combinación de esos factores hará posible que se aceleren los descubrimientos y se comience a ganar la batalla contra el cáncer.