Dos altos mandos de policía que fueron secuestrados este fin de semana tras encabezar una depuración de la policía de tránsito en la ciudad de Monterrey fueron liberados.
Monterrey. Dos altos mandos de policía que fueron secuestrados el fin de semana tras encabezar una depuración de la policía de tránsito en la norteña ciudad mexicana de Monterrey fueron liberados, en medio de una ola de violencia generada por los cárteles del narcotráfico.
La liberación sorprende porque normalmente los sicarios del narcotráfico no dejan con vida a quienes secuestran, o directamente atacan con ráfagas de bala a sus objetivos.
El alcalde de Monterrey, Fernando Larrazabal, dijo este jueves a periodistas que el secretario de Vialidad y Tránsito, Enrique Barrios y el director de esa policía, Reynaldo Ramos, estaban ya en sus domicilios particulares con sus familias.
"Sé que están bien, se están recuperando. Es la única información que tengo", agregó Larrazabal en respuesta a los cuestionamientos de los periodistas sobre si habían negociado el rescate o de cómo fueron liberados.
Ambos funcionarios fueron sacados de sus casas el fin de semana con violencia por hombres armados. Ninguna autoridad explicó cómo fueron liberados, pero versiones de prensa indican que fueron dejados por separado en terrenos desolados y ellos llegaron a sus domicilios por sus propios medios.
Barrios y Ramos encabezaron el año pasado la depuración de del departamento de tránsito de Monterrey, luego de acusaciones de que extorsionaban a empresas del transporte por órdenes de las bandas del narcotráfico.
Los agentes de tránsito también estaban bajo la sospecha de pasar información a estas bandas sobre los movimientos del Ejército y la policía.
La industrial ciudad de Monterrey, ubicada a unos 230 kilómetros de Estados Unidos, es una ruta de tráfico de los cárteles hacia ese país y se ha convertido en un campo de batalla entre los carteles de las drogas en los últimos años.
Sólo este miércoles, cuatro policías fueron asesinados en dos diferentes tiroteos con pistoleros, que al huir provocaron varios accidentes para bloquear las calles y evitar ser perseguidos por el Ejército, dijo el fiscal estatal.