Su última cinta, “BlacKkKlansman”, recrea la historia verídica de un policía negro que se infiltró en el grupo radical durante la década de los 70.
Puede que la película satírica de Spike Lee sobre el Ku Klux Klan (KKK) transcurra en los años 70, pero tiene que ver con el racismo mortal que sigue existiendo en Estados Unidos, dijo el director en Cannes.
“BlacKkKlansman”, basada en la historia real de Ron Stallworth, un oficial de policía negro que se infiltró en el capítulo del KKK en Colorado Springs, está protagonizada por John David Washington, hijo de Denzel, y Adam Driver, que interpreta a un agente blanco.
Al final de la película, la comedia satírica deja paso a imágenes informativas con la manifestación de extrema derecha en Charlottesville, Virginia, del pasado agosto, donde murió la contramanifestante Heather Heyer, junto a citas del presidente Donald Trump culpando a “ambas partes” por la violencia.
En una conferencia de prensa en Cannes marcada por el tono de irritación contenida, Lee dijo que “ese hijo de puta tuvo la oportunidad de decir ‘Estamos por el amor y no el odio’”.
“Y ese hijo de puta no denunció al puto Klan, a (el movimiento de ultraderecha) alt-right y a esos hijos de puta nazis. Fue un momento de definiciones y podría haber dicho al mundo, no a Estados Unidos, que somos mejores que eso”, agregó.
Dos días después del suceso, Trump dijo que el KKK y otros grupos similares “son incompatibles con todo lo que amamos como estadounidenses”. Pero, según Lee, eso fue demasiado tarde y “para mí esta película es una llamada de atención”.
“Mi película va sobre eso y sobre lo que siento en mi corazón, no me importa lo que digan los críticos ni nadie más, estamos en el lado correcto de la historia con este filme”, agregó.
En la premiere de “BlacKkKlansman”, que marcó el regreso de Lee a Cannes casi 30 años después de que “Do the Right Thing” no logró ganar la Palma de Oro, los espectadores se rieron y aplaudieron escenas en las que miembros del KKK usan la típica retórica de Trump, afirmando, por ejemplo, que purgar al país de sus minorías étnicas “haría a Estados Unidos grande otra vez”.