Jorge Duro, autor del libro "Gestión de cambios, cómo hacer la diferencia", refiere sobre qué se debe saber.
El mercado tiene se ha transformado a una velocidad cada vez mayor. Por eso, las empresas necesitan estar siempre preparadas para escenario de cambios. Pero, ¿cómo hacer eso?
Nuestro equipo conversó con Jorge Duro, autor del libro "Gestión de cambios, cómo hacer la diferencia", que será lanzado hoy. A continuación qué dice al respecto:
-Con el avance de las tecnologías, el mercado se ha transformado a una velocidad cada vez mayor. Las empresas que no consiguen acompañar ese ritmo sufren el riesgo de ser dejada atrás. ¿Cuál es la mejor manera para que una organización esté siempre preparada para encarar ese escenario de cambios constantes?
Primero, se debe adoptar de una estructura organizacional más flexible, con el menor número de jerarquías y sistemas de información eficientes y modernos. Se debe promover una cultura de empowerment y delegar, para evitar que la toma de decisión tome tiempo. En tercer lugar, hay que mantener la meritocracia como sistema de motivación, evaluación y remuneración.
-Usted se refiere a tres habilidades fundamentales para gestionar cambios con eficacia: sensibilidad, flexibilidad y motivación. ¿Por qué son importantes estos factores?
La sensibilidad está ligada con la inteligencia, la capacidad de percibir diferencias. La flexibilidad es la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones y, por fin, la motivación, el deseo y la orientación a desafíos y cambios.
-¿Por qué salir de la zona de confort es tan difícil y al mismo tiempo tan necesaria?
Recordando el útero, vivimos como fetos protegidos y alimentados. Sin embargo, a medida que evolucionamos y crecemos, el espacio se convirtió en incómodo y la madre tuvo contracciones. Así comenzó el ciclo de la vida en una lucha en contra de esta comodidad. Sólo hay desarrollo si abandonamos los viejos hábitos y se construyen nuevos.
-¿Cambiar sin una evaluación clara de los riesgos puede ser peor que mantenerse en la zona de confort?
Evaluar el riesgos es necesario cuando las decisiones no son reversibles y no podemos asumir la responsabilidad y consecuencias. Vale la pena recordar que la evaluación de los riesgos, implica tiempo, que es cada vez más escaso y precioso, existe lo que se llama parálisis por exceso de análisis que es tan perniciosa como la ignorancia para evaluar los riesgos.