Las previsiones más recientes sitúan el superávit del país en torno a US$ 61.400 millones, frente a la anterior estimación de que alcanzaría los US$ 81.500 millones.
El superávit comercial de Brasil este año probablemente no alcanzará las previsiones anteriores, según economistas privados y un responsable del Ministerio de Economía, ya que el aumento del costo de los combustibles y fertilizantes importados compensa las fuertes exportaciones de otras materias primas.
El funcionario, que pidió permanecer en el anonimato para hablar del análisis confidencial del ministerio, dijo que el superávit comercial de Brasil este año va camino de no alcanzar los US$ 81.500 millones previstos a principios de agosto. Sin embargo, aún podría superar el superávit récord de US$ 61.400 millones del año pasado, agregó.
Las expectativas del mercado se habían mantenido desde abril en torno a un superávit de US$ 70.000 millones, según la mediana de las previsiones de una encuesta semanal del banco central entre economistas, pero las perspectivas se han reducido en el último mes para situarse en torno a los US$ 66.000 millones la semana pasada.
Leonardo Costa, economista de Asa Investments, dijo que las fuertes importaciones de combustible le obligarán a revisar a la baja su anterior estimación de un superávit de US$ 72.000 millones este año. "Además de ser un exportador de petróleo relevante, Brasil es muy dependiente de sus derivados (importados)", señaló.
El Ministerio de Economía actualizará su previsión de la balanza comercial a principios de octubre.
"Las exportaciones están creciendo como esperábamos. El año pasado exportamos US$ 280.000 millones, este año creemos que llegarán a US$ 350.000 millones [...]. Lo que está despegando son las importaciones", dijo la fuente del ministerio, y lo atribuyó al aumento de los precios de los combustibles y los fertilizantes.
La ralentización de la construcción en China también está afectando a la demanda de mineral de hierro, según Rafaela Vitoria, economista jefe del Banco Inter, lo que supone un nuevo lastre para las exportaciones brasileñas.
Sin embargo, Brasil puede ver un poco de alivio en las importaciones de energía en la segunda mitad de este año en comparación con finales de 2021, cuando una sequía golpeó la generación de energía hidroeléctrica, lo que provocó un aumento de las importaciones de gas natural.
