Se cree que el síndrome de fatiga crónica (SFC), una enfermedad grave caracterizada por fatiga física y mental a largo plazo, afecta a hasta 17 millones de personas en todo el mundo. A menudo quienes la padecen están confinadas a sus camas, sin poder realizar actividades básica diarias como lavarse y alimentarse.
Científicos que exploran qué puede desencadenar un trastorno complejo conocido como el síndrome de fatiga crónica (SFC) han encontrado pistas sobre la forma en la que los sistemas inmunológicos de algunas personas responden más activamente a un ataque a su salud.
Se cree que el SFC, una enfermedad grave caracterizada por fatiga física y mental a largo plazo, afecta a hasta 17 millones de personas en todo el mundo. A menudo quienes la padecen están confinadas a sus camas, sin poder realizar actividades básicas diarias como lavarse y alimentarse.
Investigadores usaron un medicamento conocido como interferón alfa para crear un modelo del síndrome y encontraron que pacientes cuya respuesta inmune al tratamiento era hiperactiva o exagerada eran más propensos a desarrollar fatiga severa.
“Por primera vez, hemos demostrado que las personas propensas a desarrollar una enfermedad similar al SFC tienen un sistema inmunitario hiperactivo, tanto antes como durante un ataque al sistema inmunitario”, dijo Alice Russell, doctora del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia (IoPPN), del King’s College de Londres, quien dirigió el trabajo.
La condición, así como la investigación sobre ella, es altamente polémica, en parte porque sus posibles causas y el rango de síntomas debilitantes son poco conocidos.
El interferón alfa se usa como tratamiento para la infección por hepatitis C y activa el sistema inmunológico de la misma manera que una infección poderosa. Muchos pacientes que reciben el medicamento experimentan fatiga extrema en el tratamiento, y otros siguen sintiéndola por muchos meses después de que se completa el tratamiento.
La profesora de IoPPN, Carmine Pariante, enfatizó en que si bien el hallazgo principal del estudio es una adición útil al escaso conocimiento científico sobre el SFC, también conocido como encefalopatía miálgica, ofrece pocas pistas sobre cómo tratarla, curarla o prevenirla.
“Es una luz en la niebla”, dijo la científica a los periodistas. “Pero se necesita una mejor comprensión de la biología subyacente al desarrollo de SFC para ayudar a los pacientes”.