Según la grabación, Sarah Ferguson aparentemente cobraba una cifra de dinero a un falso empresario, para que éste pudiera acceder a su ex esposo, el príncipe Andrés.

Londres. Un diario británico reportó este domingo que Sarah Ferguson, duquesa de York, fue captada con una cámara oculta mientras supuestamente se ofrecía a cobrar para facilitar el acceso de un falso empresario a su ex esposo y enviado comercial de Gran Bretaña, el príncipe Andrés.

Según la grabación difundida en la página web del tabloide News of The World, Ferguson parece pedir 40.000 libras en efectivo, siguiendo a una transferencia de 500.000 libras (US$718.500), asegurando que podría presentar al periodista encubierto al príncipe.

Una portavoz de la duquesa dijo a Reuters más tarde que "Fergie", que no ha estado alejada de las controversias, estaba muy alterada por el reporte.

"Ella estaba devastada por la historia y lamenta profundamente la situación y cualquier vergüenza que haya causado", afirmó. El Palacio de Buckingham no estuvo disponible para hacer comentarios al respecto.

News of the World dijo que el príncipe, segundo hijo de la Reina Isabel II y cuarto en la línea de sucesión al trono, no tenía conocimiento de las pretensiones de su ex mujer.

En la cinta, Ferguson deja claro que el príncipe "nunca acepta ni un penique a cambio de nada".

De todas formas, el reporte probablemente supondrá un nuevo escándalo para el príncipe Andrés y la Casa Real británica.

"(Unas) 500.000 libras cuando puedas, para mí (...) abren puertas", dijo Ferguson antes de estrechar la mano del falso empresario en una grabación que, según el tabloide británico, fue realizada este martes en un piso de Londres.

"Así se abrirán todos los canales para lo que necesites, para lo que quieras (...) Podemos hacer mucho", indicó.

El príncipe, también conocido como Duque de York, representa a Gran Bretaña en las relaciones comerciales internacionales del país.

La pareja, que tiene dos hijas, se divorció amistosamente en 1996 después de diez años de matrimonio.

A pesar de que Ferguson, de 50 años, no consiguió lograr la fama mundial de la princesa Diana, se hizo muy popular en Estados Unidos después de varias apariciones en televisión y de escribir varios manuales para perder peso, además de realizar trabajos benéficos.